Domingo 25 de Junio de 2006 Edicion impresa pag. 56 > Sociedad
Wiñoy Xipantu al pie del Catedral
Mapuches celebraron su año nuevo desde la interculturalidad.

SAN MARTIN DE LOS ANDES (ASM).- La celebración del "Wiñoy Xipantu" o año nuevo mapuche, no era ayer una más al pie del cerro Chapelco, en el bucólico paraje "Payla Menuko", donde se desarrollaba al cierre de este despacho.

Es que la preexistencia como pueblo originario, reconocida a esa etnia en la Constitución provincial con la reforma de marzo, dominaba la ceremonia como una verdadera "conquista" del pueblo mapuche. Tanto, que se la consideró base para la refundación del estado provincial desde la interculturalidad.

Tras la jornada de expresiones propias y reservadas a la cultura aborigen, que comenzaron el viernes, ayer por la tarde se abrió la ceremonia a la sociedad no mapuche, en torno del rewe sagrado, donde las fuerzas de la naturaleza se hacen una con el concepto de la circularidad y renovación de la vida.En efecto, para los mapuches, el año nuevo es en realidad el año que vuelve, a partir del comienzo del invierno. A la vez, coincide el 24 de junio con el Día Nacional Mapuche.

En esta ocasión, participaban representantes de diversas instituciones ligadas al quehacer social de San Martín de los Andes, al municipio (asistió el intendente Jorge Carro) y a Parques Nacionales, junto a autoridades de la Confederación Mapuche y comunidades asentadas al pie de Chapelco. Para el final estaba reservado el tradicional baile del "choique purun".

Pero el reconocimiento otorgado por los convencionales constituyentes de la provincia, también animó a la visita de voceros de las comunidades coya de Salta; Abaguaraní de Jujuy; Mbyguaraní de Misiones; Diaguitas de Tucumán y mapuches y tehuelches de Río Negro y Chubut.Estaba prevista la lectura de un documento, reservado cada año al segmento de la celebración abierto a la comunidad no mapuche. En este caso, como se apuntó, el núcleo del escrito hace referencia a los alcances de la nueva carta liminar neuquina, en línea con el reconocimiento ya consagrado en la Constitución nacional reformada en 1994.

Según anticiparon fuentes de las comunidades, el documento se vertebra en tres ejes. Uno interno, para que, a la luz de este logro, las familias mapuches proyecten su desarrollo cultural, identitario y político, en sintonía con el fortalecimiento de las etnias indígenas de todo el continente. Para el caso local, plantean el fin de todas las concesiones otorgadas en tierras mapuches, para recuperar la unidad territorial y preservar los recursos naturales.

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