"Buena suerte" (Iván Noble): uno de los mejores lentos de Los Rodríguez en versión jazzera trasnochada. Noble con un aire muy elegante le da mucha emotividad al tema.
Entre las canciones reunidas en el segundo disco de tributo a Andrés Calamaro, se destacan "Sin documentos" (Julieta Venegas): un ex compañero en los Abuelos de la Nada, Cachorro López produce esta versión de la simpatiquísima y original mexicana que la adapta a la habitual voz cadenciosa de Venegas.
"Todavía una canción de amor" (Joaquín Sabina): un lentazo incluido en "Palabras más, palabras menos", que tenía letra de Sabina y música de Calamaro. Después de escribir esta canción juntos para los Rodríguez, Sabina y la banda hispanoargentina se embarcaron por una histórica gira por España, plagada de calientes shows, excesos y anécdotas. Y esta versión está a la altura de los viejos buenos tiempos.
"Flaca" (Los Pericos): con la voz de Juanchi, la banda lleva a muy buen puerto a "Flaca" aportando frescura con aires reggae y el buen trabajo de los vientos. Para destacar el procesado de la voz en el estribillo.
"Algún lugar encontraré" (León Gieco): Con guitarra dobro y todo León Gieco toma el soundtrack de la película "Caballos Salvajes" y se luce en una canción muy "dylaniana" fuente de inspiración de Calamaro y del propio León. Más que un puente entre el rock y el folclore argentino, Gieco, en algún momento de su carrera, aspiró a ser el Bob Dylan local, y en esta canción demuestra por qué tiene derecho a dar pelea por ese título.
"No me pidas que no sea un inconsciente" (Niña Pastori): una de las mejores voces femeninas del flamenco convierte en diamante una de las mejores baladas de Calamaro, incluida en el primigenio "Hotel Calamaro". En versión chill-out con entonación flamenca, Pastori recupera del armario esta joyita.
"Para no olvidar" (Vicentico): uno de los mejores compositores pop argentinos le rinde homenaje a otro. Vicentico y su banda toman este tema de Los Rodríguez y lo convierten en un bolero con aires de bossa-nova. Para presentarse a una chica y cantarle al oído hasta lograr el cometido.
"Salud, dinero y amor" (Soledad): envuelta en aires mexicanos, con un acordeón introduciendo a una ranchera, la Sole derrocha simpatía en este homenaje a su amigo Andrés. Cuando la Sole recién despuntaba, Calamaro la invitó varias veces a sus shows para hacer boleros y chacareras. En esta versión, la mujercita del folclore no le escapa a ninguna de los trampas de las letras y se anima a olvidar esa imagen impoluta que las grabadoras han tejido en torno suyo.
"Me estás atrapando otra vez" (La Mancha de Rolando): Esta vez vez la Mancha de Rolando evade cualquier cliché, evita sonar como un disco propio, y respeta a la canción. Con su voz, Manuel Quieto devuelve al mundo la emotividad que tenía la garganta del Calamaro de aquellos años.
"Cartas sin marcar" (Los Auténticos Decadentes): Con aires de ska pop, y Jorge Serrano en la voz, acompañado por Cucho, los Decadentes reformulan totalmente el primer single de "Por mirarte". La versión está hegemonizada por grandes arreglos de guitarra y vientos que recuerdan el riff de "Flaca" y que embellecen la versión de los chicos fiesteros por excelencia del pop local.
"Media Verónica" (Pedro Aznar): Uno de los mejores temas de "Alta Suciedad" en la preciosa voz de Aznar gana nuevos colores. El ex Serú Giran refunda la canción con aires country y menos españolizada que la versión original.
"Los Aviones/Alfonsina y el mar" (Javier Calamaro): ayudado por las cuerdas dirigidas por Carlos Villavicencio, el menor de los Calamaro envuelve con aires tangueros una joya de "El Salmón". Y luego se mete en la etapa "El cantante" de su hermano para versionar el clásico de Ariel Ramírez y Félix Luna.
"Loco por ti" (Tabaquito Marroquí): el Juanes argentino sobre el que una disquera multinacional tiene cifradas expectativas consiguió su lugar en el tributo con esta pieza.
"Dulce condena" (Litto Nebbia): con su estilo personalísimo, Nebbia reinterpreta a su nuevo socio musical con aires beat y buenos arreglos de voces para el estribillo.
