BUENOS AIRES / NEUQUEN (Télam/AN) - El gobernador Jorge Sobisch busca darle impulso a su carrera hacia la Casa Rosada y para ello reforzará su campaña con una serie de 200.000 afiches y folletos que aparecerán desde este fin de semana en la Capital y el conurbano. La apuesta fue acordada en una reunión llevada a cabo entre Sobisch y algunos de sus más estrechos colaboradores, en la reciente estada del mandatario en esta ciudad.
En el encuentro, que se desarrolló en las oficinas del gobernador de la calle Maipú, Sobisch ratificó su proyecto presidencial y dio instrucciones sobre los pasos a seguir, informaron a Télam fuentes cercanas al mandatario.
La reunión sirvió para la conformación de una "mesa chica" que estará integrada por el ex intendente de La Rioja y presidente de (MPU) para el Noroeste Argentino, Luis María Agost Carreño; Mauricio Silva, presidente del MPU bonaerense, y el diputado cordobés Enrique Osella.
Allí se acordó el lanzamiento de una tanda de 200.000 afiches en la Capital y el conurbano bonaerense con la imagen del neuquino y la leyenda "Sumate"; además de la instalación de diez mesas en diferentes sitios del Gran Buenos Aires, para explicar la propuesta de gobierno de Sobisch.
Como parte de la campaña se entregará también folletería con un 0800 para que la gente se contacte con el partido.
El Movimiento de las Provincias Unidas aún no posee rango de partido nacional tiene presencia en ocho distritos del país, pero estaría cerca de obtener esa jerarquía, dijo a esta agencia un colaborador del gobernador en Buenos Aires.
Agost Carreño explicó que en el encuentro el gobernador aclaró que no existe "ningún replanteo" sobre su estrategia para llegar a la Presidencia en el 2007, y confirmó que mantendrá su acuerdo político con Mauricio Macri.
Con esta actitud Sobisch redobla la apuesta después del impacto que provocó el anuncio del presidente de Boca de postularse para la presidencia y su acercamiento a López Murphy.
El gobernador asimiló el golpe y se esforzó por relativizar la decisión de Macri, asegurando que desde un principio habían acordado que ninguno de los dos iba a renunciar a sus aspiraciones de llegar a la Casa Rosada.
