BUENOS AIRES (DyN)  Numerosas personas participaron ayer de la tradicional procesión del Corpus Christi -Cuerpo de Cristo- celebrada alrededor de la Plaza de Mayo, donde el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, llamó a los argentinos a la unidad y a la esperanza.

El purpurado porteño convocó a la multitud, entre la que se destacaron familiares de las víctimas de la tragedia de Cromañón, a "no dejar enfriar el fervor de la esperanza, que es brasa que vuelve cálidos de caridad nuestros gestos cotidianos".

"Sin la esperanza, también podemos caminar por las dificultades de esta ciudad, pero nos vamos volviendo fríos, indiferentes, ensimismados, distantes, excluidores", advirtió el cardenal Bergoglio en la homilía.

El primado de la Argentina bendijo, además, una escultura de La Piedad -la Virgen con Jesús muerto en sus brazos- que será entronizada en la Plaza de la Memoria, en Bartolomé Mitre y Ecuador, donde se rinde homenaje a las 194 víctimas del incendio registrado eel 30 de diciembre de 2004 en el boliche Cromañón.

La imagen fue llevada en una carroza por miles de jóvenes que desde muy temprano en la mañana marcharon desde cuatro parroquias de la ciudad hasta la Plaza de Mayo, previo a converger en el "santuario" de Once. "Será signo de presencia y de consuelo", explicó Darío, un integrante de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana.

El cardenal Bergoglio esperó a los jóvenes y familiares de Cromañón identificados con las fotos de las víctimas- en la intersección de Avenida de Mayo y Piedras, donde instó a perseverar en la búsqueda de justicia. El purpurado porteño presidió luego la misa de la que participó el jefe de Gobierno, Jorge Telerman- en el altar levantado frente a la catedral metropolitana.