BAGDAD (AFP) - La violencia volvió a sacudir a Bagdad y sus alrededores cobrándose al menos 28 vidas en seis atentados, uno de ellos suicida, pese al impresionante plan de seguridad instaurado el miércoles y que sólo consiguió devolver relativamente la calma durante dos días a la capital iraquí.

Cinco atentados fueron perpetrados en la mañana en barrios de Bagdad, matando a 23 personas e hiriendo a decenas más.

Otras cinco personas perdieron la vida y seis fueron heridas en un atentado con coche bomba en Mahmudiyá, a 30 km al sur de la capital bagdadí.

El atentado más sangriento tuvo como blanco un puesto de control del centro de la ciudad, en el que se encontraban soldados y policías.

Un kamikaze estrelló su coche atiborrado de explosivos contra el retén, matando a 11 personas e hiriendo a otras 15, en su mayoría miembros de las fuerzas del orden, según una fuente de la seguridad.

Esto pese a que la ciudad se encontraba, por cuarto día consecutivo, prácticamente sitiada con controles de vehículos y de identidad. Ya el viernes pese a la prohibición de circular en la capital para los coches, un kamikaze logró penetrar en la mezquita shiita de Buratha, con los zapatos llenos de explosivos.

Once personas murieron y otras 25 fueron heridas en el ataque, provocando la indignación del presidente Jalal Talabani, que denunció el nuevo intento de los "terroristas de atizar un conflicto confesional".

El recrudecimiento de la violencia en la capital se produce tras dos días de relativa calma tras el lanzamiento, el miércoles, del impresionante plan de seguridad en el que participan más de 50.000 policías y soldados iraquíes y militares estadounidenses.

Este plan empezó a aplicarse al día siguiente de la visita sorpresa del presidente estadounidense, George W. Bush, para apoyar al nuevo gobierno, después de la muerte del jefe de Al Qaeda en Irak, el jordano Abu Musab al Zarqaui, en un ataque aéreo norteamericano el 7 de junio.

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, reconoció la complejidad de la labor de las fuerzas del orden para restablecer la seguridad en la capital al pedir a los habitantes que "sean pacientes y colaboren en la operación".

Asimismo, el ejército estadounidense anunció que uno de sus soldados perdió la vida y otros dos estaban desaparecidos después de ser víctimas de un ataque en el sur de Bagdad la noche anterior.

"Fue durante la noche (del viernes) y estaban cerca del río (Eufrates)", informó un portavoz militar agregando que estaba previsto el envío de una fuerza de intervención rápida al lugar después de oír explosiones y tiros.

El Ejército estadounidense, que el jueves registró la baja número 2.500 en Irak desde la invasión del país en marzo de 2003, informó el viernes de que ha concluido la investigación sobre la supuesta masacre de civiles iraquíes por marines en Haditha, pero los conclusiones todavía no se han divulgado.

Se sospecha que esos marines mataron a sangre fría a por lo menos 24 civiles, entre ellos varios niños, el 19 de noviembre de 2005 en una operación en Haditha, a 260 km al oeste de Bagdad, en represalia por la muerte de uno de los suyos en un atentado. Por otra parte, el Pentágono reconoció que miembros de las fuerzas especiales estadounidenses alimentaron a prisioneros iraquíes con pan y agua durante 17 días. Estos hechos se remontan a 2003 y 2004 y este trato infligido a los prisioneros, aunque no es bueno, no es ilegal, precisa un informe del Pentágono.jóvenes.

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