CIPOLLETTI (AC)- También el menor de 16 años involucrado en el caso del docente de Cipolletti, se entregó ante la justicia. Su versión fue coincidente con la aportada por el joven de 17 años, quien se adjudicó la autoría de las lesiones. Si bien aún falta oír el relato de la víctima, la versión de los menores habla de que detrás del hecho habría existido un intento de abuso sexual.

Los últimos elementos y testimonios reunidos en el expediente muestran que no hubo una tentativa de robo, como se sospechó.

Los dos imputados decidieron presentarse solos y dieron su versión ante el juez de instrucción Guillermo Baquero Lazcano. El lunes declaró el joven de 17 años y ayer el de 16 (no tiene 15 ni 22, como se dijo inicialmente).

El abogado Claudio Romero, quien patrocina a los dos sospechosos, dijo que los dichos de los menores son "100% coincidentes". El de 16, quien se entregó el lunes por la noche, declaró ayer que días previos al hecho, el docente Héctor Rivas lo invitó para que fuera a su casa. Afirmó que en la madrugada del sábado vio luz en la vivienda y golpeó. Poco después llegó el otro joven, de 17 años, a quien conocía sólo "de vista". También Rivas lo habría invitado a este último, pero en otro lugar.

Los jóvenes no son compañeros de escuela. Sólo el mayor asiste al colegio 76, donde dicta clases de matemática Rivas, quien también es técnico del equipo de voley del establecimiento. El joven de 16 años declaró ayer que conoció a Rivas por medio de un primo, que va al colegio nocturno 76.

La hipótesis más firme en base a los dichos de los imputados y los elementos reunidos en la causa es que en la madrugada del sábado los dos menores se presentaron en la vivienda de Rivas porque fueron invitados, no porque pretendían robar.

Según la versión de los jóvenes, una vez adentro, el docente les habría ofrecido alguna bebida y luego los habría invitado a mirar televisión en su dormitorio, en la planta alta. El joven de 17 años se habría sacado las zapatillas para estar más cómodo.

Rivas habría apagado las luces, dejando la habitación iluminada sólo por el televisor, y en algún momento habría realizado algunas insinuaciones sexuales hacia el menor de los adolescentes y probablemente también después hacia el mayor.

Allí habrían aparecido los dos cuchillos en escena. La defensa asegura que Rivas exhibió un arma blanca y que "eso asustó mucho a los chicos". Dijo que el de 17 años habría intentado quitarle el arma blanca al docente y que fue "en un acto de defensa, en un forcejeo", que su cliente resultó herido en su mano derecha y el profesor en el pecho y el cuello.

El de 16 años habría huido por miedo cuando vio la pelea. "No participó", enfatizó el abogado.

Los investigadores sospechan que alguno de los menores había llevado un arma blanca y que otra la tenía Rivas en su mesita de luz. Al menos secuestraron dos cuchillos ensangrentados: uno cerca de la casa y otro a unos 100 metros.

El defensor asegura que sus clientes "no tenían cuchillos".

Como sea, lo cierto es que cada vez está más descartada la hipótesis de robo. Se creía que los autores habrían ingresados por la ventana de la planta alta porque las puertas estaban con llave, pero en realidad por allí habrían escapado, según el relato de los menores.

Baquero Lazcano dispuso que el mayor de los imputados permanezca en una unidad policial y que el otro quede en custodia de sus padres, vinculado a la causa.