| Viernes 09 de Junio de 2006 | > Regionales |
planta de Alcalis de la Patagonia fue tomada con expectativas favorables por
los trabajadores. Sin embargo no ocultan sus temores, basados en los
históricos vaivenes que la industria que produce carbonato de sodio ha
evidenciado en su pasado, plagado de oscuridad y dudas.
La confirmación de la compra de más del 64 por ciento de las acciones de
Alpat SAIC por parte de una compañía integrada por varias firmas vinculadas
al empresario Cristóbal López, amigo del presidente Néstor Kirchner, fue
tomada por los trabajadores como un signo favorable. "Los nuevos encargados
informaron acerca de la situación y nos aseguraron que venían a sumar y no a
restar", expresó Silvio Amulef, titular del Sindicatos de Químicos y
Petroquímicos de la Patagonia, con sede en esta localidad.
La semana pasada los representantes de los operarios se reunieron con el
personal encargado de Recursos Humanos, recientemente designado por las
nuevas autoridades de la firma, quienes les indicaron que la decisión era la
de transformar la planta en líder en la producción de carbonato de sodio "ya
no solamente a nivel nacional sino también internacional", afirmó el
sindicalista.
"Para lograr eso será necesario ampliar y eso nos genera expectativas de que
sean necesarios más puestos de trabajo. De reducción en el personal nadie
habló nada. Se garantizó que la firma incrementará su ritmo de producción",
sostuvo Amulef, en diálogo con este medio.
No obstante reconoció que ante los cambios "los temores siempre están. Es
que ha habido tantas idas y vueltas con Alpat. Nosotros hemos sido
despedidos varias veces y luego reincorporados. En la historia de esta
empresa siempre hubo dudas, por eso a pesar de las promesas los trabajadores
no pierden su temor", indicó el representante gremial.
Luego de que hace unos días este medio informara acerca de fuertes rumores
que señalaban la posible venta de Alpat, hoy "Río Negro" dio a conocer un
documento en el que se confirma la compra del 64,11 por ciento de las
acciones por parte de South Minerals, una sociedad inversora integrada por
varias empresas, entre las que se destacan la petrolera Oil M&S y su par
brasileña, entre otras, propiedad del empresario amigo de Kirchner,
Cristóbal López.