| Viernes 09 de Junio de 2006 | > Deportes |
Hubo papelitos de colores y 150 bateristas al ritmo de la novena sinfonía.
Una ceremonia fantástica, plena de color, una fiesta digna de los organizadores, que uno dejaron anda librado al azar, pero que tuvo a un gran ausente, Diego Maradona, quien faltó a la cita. "No teníamos ninguna información al respecto. Hablamos con su representante, parece que estaba en el hotel y ahora está en camino al estadio para su trabajo de comentarista televisivo", dijo el portavoz del máximo organismo futbolístico, Andreas Herren.
Pelé y la modelo alemana Claudia Schiffer ingresaron el trofeo, a las 11:14 y se lo entregaron a Joseph Blatter, presidente de la FIFA; Franz Beckenbauer, titular del Comíte organizador y al presidente alemán Horst Kohler, quien -tras un breve discurso- dejó inaugurado formalmente el Torneo y dio la bienvenida en cuatro idiomas a la decimoctava Copa del Mundo.
También fue el tiempo del desfile de los campeones mundiales, entre ellos los argentinos con figuras como Ubaldo Fillol, Julio Ricardo Villa, Daniel Valencia, Daniel Bertoni y Ricaerdo Bochini. Todos ellos fueron ovacionados, al igual que el resto de los campeones de las distintas ediciones, por los 69.500 espectadores, todos sentados, que colmaban las confortables tribunas del moderno y espectacular Alianz Arena.
Música, sonido, fuegos artificiales y algunos impactos emotivos gobernaron el breve acto en Munich, donde sonó una insólita versión de la novena sinfonía de Beethoven y 150 bateristas al unísono marcaron el ritmo inicial.
La ceremonia finalizó con la entonación del himno del mundial, "Zeit dass sich was dreht" ("Es tiempo que esto se mueva"), a cargo de Herbert Gronemayer, el cantante más popular y exitoso de Alemania en los últimos años. También actuó el cuarteto de tenores Il Divo, que interpretó la canción oficial del campeonato, "The time of our lives" ("El momento de nuestras vidas").
El final fue espectacular, ya que desde el techo del Allians Arena cayeron miles de papeles multicolores, mientras la gente disfrutaba de ese maravilloso momento. Luego llegó el instante de la desconcentración, de retirar la alfombra que cubrió el verde cesped para dejar que la pelota comenzará a rodar con el choque inicial entre el seleccionado germano y Costa Rica.