VIEDMA (AV).- Romper la indiferencia ante tantos que sufren. Este fue el pedido del obispo de Viedma, Esteban Laxague, al recordar que este fin de semana se realizará la Colecta Anual de Cáritas que no se reduce sólo a compartir lo material sino también lo que "podemos dar de nuestro tiempo y talento porque el dinero es importantísimo, pero la gente necesita que otros salgan a su encuentro para alentarlo y darle sentido a su vida".
Además de las parroquias e iglesias, quienes lo deseen podrán colaborar con esta campaña en la Feria Municipal, un lugar de gran concentración de Viedma donde este sábado se instalará Cáritas.
"Siempre es poco. La solidaridad no tiene techo", sostuvo Laxague al valorar que en esta colecta de Cáritas se logra una respuesta generosa al igual que en casos de emergencia, aunque estimó que "podría hacerse mucho más frente a las necesidades tan grandes".
Aportes de los que menos tienen
Consultado sobre si los que más tienen, más colaboran, respondió que "es difícil saber" haciendo alusión al Evangelio cuando dice que "tu mano izquierda no sepa lo que da la derecha". No obstante sostuvo que siempre aportan más los que tienen menos, tal vez, "porque ellos saben más lo que es la privación y están más sensibles en querer evitar el sufrimiento propio en otros".
En relación a la situación social actual, Laxague consideró que la brecha entre los que tienen más y menos sigue siendo "muy grande", aunque hoy no se observa la crisis que se vivió en otros momentos.
Agregó que un termómetro para medir una mayor ocupación es la construcción que "se mueve y da unos pesitos, pero no muchos, con un costo de vida que ha aumentado".
"Sigue siendo poco"
Interpretó que en la actualidad hay mayor ocupación, el dinero circula más "pero sigue siendo poco para los más pobres y esto genera demanda y sufrimiento", subrayando la falta de vivienda como un problema serio, tanto como el pago de los servicios.
"Todavía hay mucho por mejorar, sin negar que se han dado algunos pasos, que estamos un poco mejor. Pero mucha gente sigue sufriendo necesidades y claman para que se cambie la situación con urgencia porque no pueden seguir esperando indefinidamente", opinó el obispo de Viedma.
En ese marco, destacó que existen sentimientos difíciles de revertir "cuando se ha muerto la esperanza, el pensar que se puede salir y es lo que más cuesta cambiar cuando se ha perdido la autoestima: el yo puedo".