SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Después de escuchar el descargo del imputado y ante la ausencia de otros testigos, el fiscal Eduardo Fernández alegó en favor de la absolución del procesado, que había llegado a juicio acusado por vejaciones.
Al agente Claudio Muñoz, de 30 años, lo habían denunciado un menor y su madre por presuntos golpes aplicados durante una detención, en Maquinchao, pero con posterioridad el denunciante manifestó su voluntad de que la causa no continúa adelante, y tampoco había prueba independiente para sostener la acusación.
La causa se inició el 14 de marzo de 2003 luego que la policía detuviera a dos menores por producir desórdenes en la confitería bailable "Alcatraz", y los llevara a la comisaría.
Los menores fueron liberados una hora después, pero uno de ellos, acompañado por su madre, denunció a Muñoz, quien estaba a cargo de la guardia de la dependencia, y lo acusó de haberlo golpeado con un bastón de goma.
Ante la audiencia de debate, Muñoz aseguró que el denunciante se había tomado a golpes de puño en la discoteca, y que la riña con su contrincante continuó en la sala de guardia de la comisaría, por lo que dispuso que uno de ellos fuera alojado en la cocina, y el otro en una oficina, dada su condición de menores.
La ausencia del denunciante y del otro menor, presunto testigo de las vejaciones, no fue echada de menos por el fiscal, quien expuso que había sido notificado por la presunta víctima de su desinterés por continuar impulsando la causa. Al alegato de Fernández adhirió el defensor Marcelo Ganuza, quien insistió en que el delito no había existido, y que la denuncia perjudicó al policía al postergar su ascenso.