Revisando
páginas al azar, mientras buscaba posibiliadades de contacto
con el Doctor Mantilaro, de Neuquén, "Coco" como le
llaman cariñosamente, encontré una carta en su edición de fecha
20 de julio del 2003, de una lectora neuquina de nombre Matilde
Monteverde.- y aunque ha pasado mucho tiempo, al parecer es
tarde, nunca lo és para mi si puedo tener la oportunidad de
agradecer por este medio tanto bien que recibí de este gran
hombre, que por lo que leí en la nota ya está jubilado y al
lado de su esposa Brasa. Tuve el gusto de conocerlos cuando
me vi en situaciones muy adversas, debido a una emigración que
debí hacer a esas tierras luego que mi marido de entonces y
yo estando recién casados (año '83) y con un pequeño de pocos
meses de vida llegamos a tener amparo en unas cabañas de tránsito"
que estaban bajo la administración de este señor...el cual personalmente
me ayudó mucho moralmente para levantar cabeza en momentos muy
dificiles de mi vida, y salimos de allí bajo sus generosos cuidados
luego de un invierno recuerdo muy cruel, pero que él se encargaba
de hacerlo bello con dedicación y esfuerzo...
Es mi deseo,
que sepan todos, que así como yo agradezco a través de estas
líneas sin duda hay muchos chilenos que están grandemente agradecidos
por la solidaridad del pueblo argentino, y esto ahora nos hermana
porque aquí por esas vueltas de la vida estamos ayudando a hermanos
argentinos a levantar vuelo y salir adelante...Gracias a todos
por esta oportunidad, en especial al DOCTOR MANTILARO y su familia
que en mi corazón llevo como un sello de humildad...sería maravilloso
poder lograr un día contactarme en forma directa para contarle
cómo fue de fantástica mi vida hasta hoy entre grandes dolores
y que vea que aprendí mucho de él y de la solidaridad del país
hermano.
Gracias.
Mi nombre es Carmen Saavedra y ruego a ustedes, pudieran hacer
posible que él leyera esta nota...aunque quizas entre tantos
chilenos que estuvieron en su refugio, no creo que se acuerde
de mi, veamos qué tal está su memoria, díganle que yo tocaba
guitarra a sus hijitos al lado de la chimenea, y una noche de
nevazón llegué de noche muy tarde a tocar su puerta con un horrible
dolor de muelas y él se levantó en medio de la nieve, alistó
su camioneta y me llevó al hospital que me la sacaran a pesar
de haber tenido una dura jornada durante esos días. Por eso
y muchas otras cosas me encantaría contactarle para contarle
qué ha sido de mi gracias a sus consejos.
Gracias y Felicidades a todos los Neuquinos solidarios.-
Una
Valdiviana agradecida.-