Es mas o menos lo que hace el común de la gente......como yo.
Un día tuve que tomar una decisión: nada mas y nada menos que irme de mis país...... o quedarme. Fue muy duro, no tenía muy claro que me esperaba, pero aun así, esa incertidumbre de lo desconocido, fue la cereza de la tarta........ lo que mas me atraía.
Hoy me encuentro en una hermosa ciudad de España, se llama Granada, la región a la que pertenece es Andalucía. Los andaluces le dicen: Graná, casi ná.
Es una ciudad cargada de historia, donde allá por el 1400, la reina Isabel "la Catolica" dio parte de sus joyas a Colón para que emprendiera un viaje, un viaje que nada mas y nada menos terminó en un descubrimiento: América.
También desde este lugar los Reyes expulsaron a los moros y así expandieron su reino. Por eso esta ciudad es especial porque conserva toda su arquitectura desde aquellas épocas. Sus callecitas muy pero muy angostas con mucho recovecos, callecitas donde no entra la luz del sol, dicen los de acá que asi las diseñaban para que en verano las casas sean frescas y en invierno cálidas.
La experiencia es hermosa, conocer otra cultura......A veces venimos (erróneamente) pensando que somos iguales porque la mayoría de nuestros abuelos son españoles, pero no, somos muy diferentes. Somos extranjeros: argentinos.
Acá nadie te dice: Sudaca.....ese calificativo tan despectivo sólo se escucha dentro nuestro, es como un castigo, algo que decimos, entre nosotros, para mortificarnos porque de alguna manera la mayoría renegamos de nosotros mismos..........de haber renunciado a nuestra tierra.... a nuestro país...... a nuestro sistema. Es difícil de explicar, no se, pero la mayoría negamos esta realidad.
Ninguna persona en el mundo debería irse de su país, Sí debería ser obligatorio, no se, una materia del colegio, por ejemplo; o un reto personal: conocer otro país. Conocerlo....... pero no irse. Volver. Convengamos que es una alucinación mía, pero bueno, nadie te cobra por soñar y a lo mejor......... quien lo dice?
En el mundo el futuro se compra con dinero y el dinero va y viene, por eso hoy he decidido que no me voy a dejar engañar por el futuro.
Esto es, ni mas ni menos, que la procesión que va por dentro: la historia. Una historia personal.
