Cómo extraño esos tiempos cuando lo unico que hacía era levantarme temprano, y salir a jugar al bosquecito con todos los chicos, cuando nadie se peleaba con nadie. Nos encontrabamos siempre después de comer para empezar alguna aventura, trepandonos de los arboles, escalando el cerro llegando hasta la antena, robando uvas al vecino, explorando los patios de las casas mientras caminabamos sobre el paredón que unía todas las casas.

Se extrañan las rodillas lastimadas, la cara lastimada, las curitas por doquier, en fin, se extraña Sierra Grande.

Planeo algun día volver a visitar mi hogar, no se si a ver las minas que ahora se denominan como centro turístico, no es lo que realmente me interesa, lo que quiero volver a sentir son esos recuerdos hermosos que me quedaron de mi niñez. Las expediciones y las aventuras, las amistades sin rencores ni prejuicios, y el paisaje natural en el cual un tiempo viví.

Bueno, con mucho más que decir, me despido por ahora, y trataré de escribir algún otro dia, gracias por dedicar este espacio para nosotros que sentimos un poco de nostalgia a veces.

Saludos a todos los que estaban en Sierra Grande y quizás me recuerden (si, yo el cabezón).