 Vuelve el ciclo de cine de los Jueves organizado por ARAN a la Conrado Centro Cultural. Y además, se podrá ver cine todos los Miércoles de Junio dando continuidad al ciclo organizado por la Casa Marx en conmemoración de cumplirse 40 años del "Mayo Francés".
Arrancamos por el Miércoles 11 a partir de las 20 hs. y dando continuidad al ciclo desarrollado en mayo por Casa MARX, presentaremos una serie de cortometrajes producidos por los Grupos Medvedkine que abordan la actividad de la clase obrera antes y después del Mayo Francés. Los mismos han sido traducidos y subtitulados especialmente por el grupo Contraimagen (Argentina) y serán editados próximamente junto a la legendaria productora Iskra (Francia) fundada por el documentalista Chris Marker.
Medvedkine: De la enorme producción documental de los sucesos del Mayo Francés, se destacan los colectivos impulsados por Chris Marker como el grupo SLON y los grupos Medvedkine en Besancon y Sochaux. Conformados por trabajadores, éstos realizaron sus propias películas dando cuenta del estado de insubordinación obrera en las fábricas, durante el mayor proceso huelguístico que conociera Francia.
Este MIERCOLES 11-06 / 20 hs / H. Irigoyen 138 de Neuquén
"Los obreros también" (Les ouvriers aussi) /33'
de Xavier Vigna y Bruno Muel / 2007
A través de entrevistas al historiador Xavier Vigna y al realizador Bruno Muel se reconstruyen los sucesos de Mayo de 1968, rescatando particularmente el protagonismo de la clase trabajadora. Con valioso material de archivo y fragmentos de películas de la época.
"Espero que sea pronto" (A bientôt, j'espère) / 44'
Grupo Medvedkine de Besançon / 1967-1968
El documental retrata de manera directa la huelga ocurrida en la planta textil de Rhodiaceta, en la localidad de Besançon, en marzo de 1967. Es el antecedente más directo de las producciones de los colectivos cinematográficos que se expandirán al calor de los sucesos de mayo de 1968.
(La información oficial trabajaba jornada completa para hacer poco caso a una huelga en la Rhodiaceta de Besançon, que era sin embargo la primera ocupación de fábrica por los obreros desde 1936. Berchoud, Cèbe y los otros de la CCPPO tuvieron la idea de llamar a Chris Marker para que venga a dar cuenta del desamparo, del aislamiento, y de la audacia también, de los de la Rhodia reivindicando condiciones de trabajo más humanas, y también, un derecho a la cultura.
Marker vino, pero no vino solo. Allí, comienza una seguidilla de impresiones, de palabras, de gestos, de reencuentros, de idas y vueltas entre parisinos y besontinos. El trabajo en común, el gusto de lo colectivo (el término espontáneo y necesario del momento) existía ya, después de 'Lejos de Vietnam' exactamente, un poco por todas partes en la profesión, un sentido compartido de la idea de grupo en la búsquedas de formas nuevas de compromiso. Jacques Loiseleux, L'image, le monde.)
"Clase de Lucha " (Classe de lutte) / 40'
Grupo Medvedkine de Besançon / 1968
Relata la creación de una sección sindical de la CGT en una fábrica de relojes por parte de una empleada que llevó a cabo su primer trabajo militante en 1968. Describe el modo en que Suzanne consiguió movilizar a las otras mujeres de la empresa a pesar de la desconfianza de los dirigentes sindicales y las intimidaciones de la patronal.
(La diferencia esencial entre À bientôt, j'espère y Classe de lutte se muestra en el advenimiento de una presencia: una mujer, Suzanne Zedet, obrera en la fábrica Yema de Besançon y militante de la CGT. Suzanne aparece ya en À bientôt, j'espère, pero para desaparecer: ocultada y tranquilamente reservada por su marido, ella mantiene ese cuerpo discreto, casi mudo aún cuando el deseo de hablar aflora ya, retenido todavía por una timidez, el peso de lo doméstico, la vida que no es fácil, la palabra del hombre y un "principio de realidad", es decir, la imposible conciliación de una vida de mujer y de madre con las exigencias de la militancia. En diciembre del 67, Suzanne se calla. En Classe de lutte, ella ha tomado la palabra y las razones que le impedían hablar, si bien no han desaparecido del todo, parecen resueltas en la acción.
Lo que el film capta en el ejercicio de su palabra y de su impulso, en la luz de su rostro, es la serenidad encontrada de una santa laica, la expresión de una vocación que se consolida en el paso por la pobreza (los descensos y disminuciones de salario que sufre).
Entonces, aun si el film destila también una tristeza incontenible, una impresión de derrota anunciada, un sentimiento de aislamiento, la lentitud objetiva de las masas y la fuerza tranquila de la fortificaciones capitalista, en esos años políticos la militancia ha sido, al menos para ella, la voz real de la realización de su ser. Más que por Suzanne, por todas las Suzannes, viva mayo 68! Bernard Benoliel, L'image, le monde.) |
Cuando llegamos al cine y nos sentamos para que una historia nos sorprenda, nos emocione, nos altere o simplemente nos entretenga por un rato, pocas veces reparamos en el oficio del guionista. Esa persona que crea la materia prima de la historia que nos van a contar, la llamada obra original desde donde parte el resto del equipo de trabajo. A veces recordamos nombres de actores que han quedado en nuestra memoria por frases dichas en la pantalla grande, pero alguien tuvo que pensarlas antes de aquello. No caben dudas que el poder interpretativo del actor le dará brillo a ese diálogo, pero sin él, el actor sólo improvisa.
