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Héctor Olivera es uno de los directores más reconocidos de nuestro país junto con Leonardo Favio o Pino Solanas. Siempre hablando de la camada de finales de los 60. Entre muchas otras, Olivera es el director de "La Patagonia Rebelde", "La noche de los lápices", "No habrá más penas ni olvidos" y más recientemente "Ay, Juancito". El 14 de Diciembre del pasado año, Olivera publica una página de opinión sobre un balance del año cinematográfico argentino con el que estoy en total acuerdo. Por eso les pongo el enlace al Diario La Nación donde se puede leer su opinión, algunos le responden y hasta ustedes mismos pueden opinar.
El constante debate de la producción nacional "industrial" que con toda la parafernalia de presupuesto y publicidad, muchas veces no logra recaudar lo que se invierte. Y por otro lado, el cine "no industrial" (el 90% de la producción), que normalmente van deliberadamente en contra de lo que los espectadores esperan ver en un cine. Si a esto se le suma que la política de subsidios del INCAA está en constante revisión por las dudas que generan sus otorgamientos, estamos complicados.
Pero como todo, creo que este es un debate abierto que todas las organizaciones representativas deben dar. Tanto el INCAA como DAC, DIC, SICA, ARAN y todas las que pretenden mejorar una política cinematográfica que beneficie a nuestro país. Tanto desde el sector público como el privado. Porque no quedan dudas de que hoy el sector privado cinematográfico es un parásito del estado, pero parece que ese debate no fuera el mas importante. Mucho hay por hacer, y son tiempos difíciles para el INCAA por la renuncia de su presidente. Un hecho que marca la acefalía del organismo y que se dice que tiene sus causas en presentaciones judiciales en referencia al otorgamiento de subsidios. Esto sucede mientras escribo este post y hacen de la nota de Olivera tenga aún más fundamentos. Para pensar nuestro cine, al igual que cualquier política pública hay que debatirlo.
Tenemos que, entre todos, planificar un cine mejor. Objetivos programáticos para que no tengamos tantos taxistas con título terciario de director de cine. Y que los verdaderos talentosos puedan filmar.
LA NOTA DE HÉCTOR OLIVERA |
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