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Circulando la ruta de la vida, después de mucho andar, visualizo una señal:
PRECAUCIÓN, PARE
Aminoro la marcha y sigo prestando atención a las señales, o síntomas, que nos van anunciando las próximas etapas.
Con el andar más lento descubro que puedo apreciar y recordar el camino recorrido. Hubo etapas a mucha velocidad, hubo riesgos; había que llegar siempre a tiempo, con la ilusión de lograr el triunfo. No hubo camino difícil, seguir adelante ¡esa era la meta!
Ahora recuerdo y comparo: la llanura de nuestros campos, con la paz del alma, la bravura de los ríos, con nuestro correr diario, la montaña con la impotencia de no lograr algún objetivo, el mar, con la ilusión infinita, por mostrar su horizonte sin fin.
Con estos pensamientos llego a la señal que dice:
PARE
Detengo la marcha. Hay un mirador. Con emoción contemplo el panorama. Disfruto la belleza de colores e imágenes que me rodea; agradezco la posibilidad de hacerlo. Extasiada y feliz continúo andando, poco más adelante otra señal que advierte:
CAMINO SINUOSO
De aquí en más, despacio, con cuidado y atención seguiré la ruta que me depare el destino. |
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