|
Desde que vivo en este lugar hace varios años, lo veo caminar por la vereda de enfrente.
Es alto, delgado, pareciera que no envejece, porque la única diferencia que tiene con el tiempo pasado es una ligera prominencia de su abdomen y algunas canas.
Camina con aplomo y muy erguido, al parecer no trabaja.
Vive con su familia y lo llaman Negro.
Temprano está en la vereda, va y viene, hace elongaciones, salta, a veces con temperaturas b ajo cero, anda con el torso desnudo, también sale en bicicleta, o corre.
Fuma mucho.
Habla solo, se ríe, cuenta historias en voz alta, que nadie escucha, sus ademanes grafican su cuento y aunque conversa poco con los vecinos, si al pasar, lo saludan con un gesto, él responde con una simpática reverencia de cortesía y alegría.
También mira con admiración a las lindas jovencitas que circulan por el barrio.
A veces me recuerda el tango de PIAZZOLA.
¿Será un hombre feliz? |
|