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14 » Nov 2009 |
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El viaje que muchas esperamos, por Irma Callejas |
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Faltando un mes para el viaje ya estamos preparadas.
Chela, Secretaria de Turismo de Cumelén , ya tiene las planillas listas.
Marina, Carmen, Loada, Aurora, Mirta, Bety y algunas más, formamos el grupo.
Este es el tercer paseo por nuestra salud.
El primer año fue cómico-trágico.
Ya salíamos de Zapala. Carmen y Marina estaban muy serias. Creo que era por la columna o los juanetes. No sé. Les dolía todo.
_Bueno. ¡Vamos a Copahue! ¿No?.
Loada, Chela y yo, contentas.
Mirta siempre haciendo alguna diablura.
Varias contemplaban el paisaje ya muy árido.
Éramos todas mujeres.
Para qué queríamos hombres.
Estábamos bárbaro.
El conductor parecía inquieto.
El motor hacía un ruidito raro.
_¿Le pusiste gasoil?.
Risas.
Chela empezó a ponerse nerviosa. Sus rulos se crispaban.
_¡Bueno sería que nos quedemos en medio del desierto!
Mirta repartió las copias de canciones.
_Cantemos chicas.
Hacía mucho calor.
_Todo sea por nuestros huesos.
Estabamos felices pero preocupadas.
Entonamos : Viene Clareando, La Tristecita, Chilenito de Pucón y otras.
_¿Quién sabe un tango?.
Carmen y Bety no se hicieron rogar.
_Lástima que no viajó la porteñísima Alicia.
_Canta como los dioses.
_¿Trajeron el mate?.
_Yo tomo dulce.
_Yo amargo.
_Bueno, preparamos dos.
_Yo traje alfajores.
_¿Ya vamos a empezar a comer?.
_Cada uno es dueño. El que no quiere comer no come.
_Me da lástima las chicas que no viajaron.
_No saben lo que se pierden.
Mucho calor. Tierra y Piedra.
Nada verde.
Me dí vuelta, miré por el vidrio de atrás.
_¡Me parece que veo humo!.
_Si, se siente olor a quemado.
_¿No será el motor?.
_Se romperá o no se romperá.¿Quién lo sabe?.
_Dios dirá.
Nos detuvimos. Bajó el chofer.
Levantó el capó.
No pudimos seguir.
Ni un árbol, ni un pájaro, ni una liebre.
Solos en la inmensidad.
La guía era una joven muy bonita y simpática.
Sonreía.
Por no llorar.
El conductor se fue a Zapala en un camión .
Vinieron tres taxis a buscarnos. Debíamos regresar. La guía se quedaría a cuidar el vehículo.
_No, a la chica no la vamos a dejar sola.
_Yo me quedo.
_Yo también.
Nos quedamos todas. Los taxis volvieron vacíos.
Dos de la tarde.
Nos quemaba el sol.
Nos bajamos. Pegaditas a la trafic para aprovechar los 20 cms. de sombra.
Pasó un micro. No nos pudo llevar. Nos dejaron gaseosas frescas y algo de comer.
Algunas decían malas palabras. Otras cantaban, rezaban, contemplaban el paisaje,
jugaban a la payana.
Había un cartel “Escuela N° 27”. Caminamos con Mirta y Chela . Estaba cerrada.
Diciembre. Vacaciones.
Pasaron tres horas.
Salían caracolitos de nuestras bocas.
Se nos terminaron las gaseosas, la comida, el agua para el mate.
_Es un chanta.
_¿Quién?.
_El de la empresa de turismo.
_Puso un vehículo trucho.
Por fin llegó otro transporte.
_Pobre chofer. ¡Qué chasco!.
Arrancamos, aplaudimos, cantamos. Nos dedicamos a la pura diversión.
Si lo pensabamos, no lo habíamos pasado tan mal.
Con la cantidad de virus y bacterias que hay en las ciudades. Estuvimos respirando aire puro.
Nos tranquilizamos. Varias se durmieron. Otras conversaban en voz baja y hacían ruido con
los papelitos de los caramelos.
Pasamos Las Lajas, Loncophue, Caviahue y aleluya, estabamos en Copahue.
En el hotel nos esperaban ansiosos. Nos distribuyeron tres en cada habitación.
_¿Con quién me pusiste Chela?.
_¡Aurora ronca muy fuerte!. ¡Marina se levanta de noche!.
_Bueno,¿ quién a los 70 no ronca?.
_Si, ¿Y quién no se levanta a hacer pipí?.
_A mi me toca con Carmen y Loada.¿No serán muy desordenadas?.
Al otro día todas a los baños termales.
Después de cenar, 7 salimos a caminar. Se inauguraba una radio en la villa. Dos jóvenes nos llamaron.
_Queremos hacerles una entrevista Estamos saliendo al aire por primera vez.
¡Hablamos de todo!.
A partir de entonces nos conocían en el complejo como las 7 viudas.
Hicimos la excursión a las 7 cascadas.
Estuvimos 7 días.
Le jugamos al 7 a la quiniela.
No sacamos nada.
Desde entonces viajamos juntas siempre en diciembre.
Loada y Carmen llevan un tremendo valijón con ropa y cotillón para disfrazarnos.
Chela con las planillitas y resolviendo las situaciones que se presentan.
Marina nunca se olvida del celular.
Ana María lleva desodorantes y perfumes porque no le gusta el olor de la laguna del chancho.
Aurora, como vende cosméticos, no pierde la oportunidad de mostrar su maletín lleno de frasquitos.
Lo pasamos bomba.
Si quieren suban, las llevamos.
Eso sí:
Nadie se enoja.
Nadie se queja.
Nadie discute.
Todas nos bañamos en el barro reparador.
Todas cantamos.
Todas bailamos.
Todas reímos.
¿Vienen?.
Somos las chicas felices. |
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Categoría : Historias que merecen ser contadas |  Comentarios [3]
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  Historias que merecen ser cantadas |
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Por : Mirta | 17 » Nov 2009 | 11:35 pm | Email
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Que mala pata! Pero al final siempre se resuelven bien las cosas! No conosco al resto pero ya con Mirta de referencia deben haber pasado, igual, un buen rato. Esperaba leer que armaron un torneo de canasta! Habria que rescatar con los nietos el juego de la payana, no te parece?. Un beso a todas. |
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Admirables |
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Por : Viviana | 21 » Jul 2010 | 08:25 pm | Email
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Realmente admirables que 7 mujeres tengan una hermosa aventura para poder contar, son los momentos de la vida que mejor se disfrutan, las felicito a las 7 por no dejar de transitar por el camino de la vida.
Un beso
Vivi |
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me encantó |
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Por : estela | 31 » Jan 2011 | 06:13 am | Email
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realmente me encanto el relato y la actitud que tuvieron las 7 chicas ante distintas situaciones. me alegro que pudieran concluir su viaje, que se aceptaran con sus ronquidos, y otras manias que tenemos las personas.Por eso gracias a Dios que somos distintas lo valorable es que podemos compartir y lograr una hermosa amistad.Las felicito me hubiera gustado estar con Uds.Un abrazo muy fuerte para cada una.Estela |
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