|
Queridos hijos y nietos:
Hoy se cumplen 15 días que estoy en este lugar tan bonito. Como tengo muchas ganas de conversar con ustedes decidí escribirles.
Es un lindo día de primavera por eso, salí a caminar por el parque que ya está con sus rosales florecidos, hay flores de todos colores, muy bonitas lo único que notó es que no tienen ese perfume de las rosas de la casa de Rubén, aquellas que yo regaba tanto gusto. También hay jaulas con gran cantidad de pájaros, que nos alegra con sus trinos Canarios que cantan todo el día pero no tan lindo como el que tiene Martina, al que yo le ponía comida. En el patio hay un hermoso parral debajo del cual nos sentamos a tejer, jugar a las cartas o conversar, pero no da tanta sombra como el de la casa de Teresita, donde yo pasaba muchos ratos escuchando la radio.
Aquí las chicas son buenísimas, claro que no escucho llorar a ningún bebe como lo hace Santiaguito cuando quiere la mamadera, tampoco peleas de hermanitos, como las de Agustín y Bárbara.
La comida es muy rica peroles asaditos de Rubén y las tartas de Martina son mucho más sabrosas.
El desayuno lo tomo en mi habitación, con mi compañera Aurora ella esta aquí porque nació su tercer nieto y la casa de su hija solo tiene dos dormitorios.
En el comedor somos catorce, nueve mujeres y cinco hombres. Nos sentamos todos en una amplia mesa con vistosos manteles; me recuerda los domingos en familia, claro aquí todos tenemos los cabellos blancos, nuestros rostros arrugaditos y casi todos usamos anteojos.
A don Arturo le tienen quedar la comida porque le tiemblan las manos, y se le cae todo de la cuchara. Anita come todo molido porque su dentadura está muy mala. La abuela que se sienta ami lado extraña mucho a su familia, en lugar de comer llora todo el tiempo, está muy flaquita.
A la tarde rezamos el Rosario con Matilde y Carmen, Alicia también participa pero como tiene 94 años, a veces se le olvidan las oraciones.
Don Juan está aquí porque sus hijos trabajan y el no puede estar solo debido a su imposibilidad de manejarse por sus propios medios. Las chicas le dan los remedios y lo ayudan a caminar.
Amelia tiene 5 hijos y 9 nietos, hace mucho que no los ve porque viven muy lejos, teje ropita para los bebés del hospital y bufandas para los abuelos.
Domingo ha perdido la memoria y no reconoce a sus familiares cuando lo vienen a visitar, canta canciones muy bonitas.
José está casi todo el día en la quinta, le gusta mucho, vivía en una Chacra, tuvieron que venderla porque sus hijos son profesionales y viven en la ciudad.
No hay aquí otra cosa para contarles, esto es lo que me rodea, lo que veo, lo que comparto, lo que me queda por vivir. Les agradezco que se hayan preocupado por ponerme en un lugar donde estoy muy bien atendida.
No se olviden de venir a visitarme. Los quiero mucho.
Angelita |
|