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03 » Jun 2008 |
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Por fin educación sexual en las escuelas |
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Por Mónica Beltrán
De CATEDRA LIBRE DIGITAL
La aprobación de los nuevos contenidos para que, al fin, en el 2009 se empiece a impartir educación sexual en las escuelas argentinas es una buena noticia, pero no por eso hay que dejar de advertir que tres años es demasiado tiempo para poner en marcha una ley tan necesaria. Puede ser tan negativo apresura los tiempos como demorarlos.
La Ley Nacional 26206 que crea el Programa Integral de Educación Sexual se sancionó en el 2006. Un año después estuvieron listos los contenidos curriculares nacionales. Para eso el Ministerio convocó a un equipo interdisciplinario y a representantes de los distintos credos. Ese documento esperó casi un año para que los ministros de Educación los aprobaran, reunidos en el Consejo Federal de Educación, máximo órgano de políticas educativas del país.
En medio, como siempre, los temores por el disgusto de la Iglesia católica que quiere mantener el tema puertas adentro de las familias. Como si nada hubiera cambiado. Como si la familia estuviera hoy en día cumpliendo con su función igual que lo hacía hace 30 años.
Ahora las provincias se tomarán un año más para capacitar a sus maestros antes de empezar a dar las clases de educación sexual. La pregunta es si no fue posible empezar a capacitar en paralelo a la aprobación de estos lineamientos nacionales que, son sólo eso, grandes lineamientos. De hecho, algunas jurisdicciones, como la ciudad de Buenos Aires, ya tuvieron capacitaciones docentes sobre sexualidad desde el 2006 en adelante.
Los tiempos en educación no son rápidos y las medidas son a largo plazo. Eso se sabe. Y estamos todos de acuerdo.
Pero tal vez esa regla no tiene por qué ser válida para todas las decisiones de política educativa. Aplicar una Ley Nacional de Educación, que extiende la obligatoriedad de la escuela media, puede llevar diez años, nadie lo duda: es necesario más presupuesto, nuevos cargos docentes y nuevos edificios donde dar clases. Lleva tiempo.
Ahora bien, otra cosa es empezar a abordar un tema, como el de la sexualidad, que, de uno u otro modo, siempre estuvo presente en las escuelas.
Recorremos tiempos veloces, en los que los chicos pueden ver por televisión, a las dos de la tarde, como una pareja mantiene relaciones sexuales, donde cada día se descubren nuevos casos de abuso sexual en las familias. Donde la pedofilia y el tráfico sexual de adolescentes es un tema que preocupa en todo el mundo a la dirigencia política, a los profesionales de la educación y a loas familias. La necesidad de que en la escuela se hable de educación sexual con los chicos es algo instalado hace años. Es una discusión que parece ser de otra época.
Los profesores, sin duda, tienen que ser capacitados, pero también los gobiernos saben que hay muchos docentes que ya deben tener la formación necesaria para empezar a poner alguna palabra sobre el tema en las aulas. Y que de hecho lo hacen y hace tiempo, cada vez que un estudiante lo requiere o que ven la posibilidad de hacerlo. Hay escuelas que permiten a las alumnas mamás llevar a sus bebés a la escuela y preceptores que cuidan de los niños para que los padres puedan estudiar. Pero no hay educación sexual, en forma oficial, en las escuelas. Contradicciones de tiempos confusos.
Sólo resta apuntar que, a veces, el largo plazo es necesario, que lo urgente no es lo importante, pero también que no hace falta exagerar los plazos y extender los tiempos porque la espera sin sentido puede ser lo que ocasione nuevos problemas. |
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Categoría : OPINIONES QUE VALEN | Comentarios [0]
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