|
Las palabras del arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, bien pueden estar dirigidas a los políticos y funcionarios en general. Pero en particular debiera retumbarles a quienes están a cargo de generar (¿generar?) y aplicar políticas sociales donde quiera que estén viviendo y/o trabajando en la función pública.
El religioso condenó hoy "la indiferencia y el acostumbramiento" ante los padecimientos de los más pobres, en su mensaje de Cuaresma.
Advirtió sobre "el riesgo de la indiferencia", fruto de "un acostumbramiento" a los padecimientos de los más pobres, que "ya no causa asombro, ni estremece, ni golpea, ni cuestiona" y que conduce a perder el interés por "sus necesidades y su futuro".
"Nos acostumbramos a ver hombres y mujeres de toda edad pidiendo o revolviendo la basura, a muchos ancianos durmiendo en las esquinas o en los umbrales de los negocios, a muchos chicos durante el invierno acostados sobre las rejillas de los tragaluces de los subtes para que les suba algo de calor", graficó.
También interpeló al decir: "cuántas veces sus miradas reclamadoras nos hicieron bajar las nuestras para poder seguir de largo. Sin embargo es el paisaje que nos rodea y nosotros, queramos verlo o no, formamos parte de él".
Van estas palabras para Delia Gómez, funcionaria del área social de la municipalidad de Roca, de Río Negro.
Va para Pega, de Familia, de provincia de Río Negro.
Para Barbeito, de Educación, de provincia de Río Negro.
Para Saiz, gobernador de Río Negro.
Y SIGUE LA LISTA.... claro está. |
|