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09 » Dec 2008 |
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LA CONTROVERSIA, punto de partida para la reflexión |
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Por Mora Cordeu de la agencia Telam
El libro "¿Qué piensan los que no piensan como yo?", de Diana Cohen Agrest nos introduce de lleno en diez controversias éticas, algunas de las cuales irrumpen con las nuevas tecnologías en una época signada por los cambios constantes y la imposibilidad de la sociedad de detenerse a reflexionar sobre ellos.
El matrimonio homosexual, la homoparentalidad, el aborto, la eutanasia voluntaria y el suicidio asistido, la prostitución, la venta de órganos, el alquiler de vientre, la pena de muerte, la tenencia de drogas y el perfil genético de los delincuentes son los temas elegidos por Cohen Agrest "tan resonantes como inconclusos", según resalta la autora en la contratapa del libro, recién publicado por Debate.
Doctora en Filosofía y Magíster en Bioética, la investigadora presenta cada controversia desde una dimensión fáctica (epígrafes y noticias periodísticas), otra conceptual (expresada en el marco teórico específico, y con una reseña de la legislación nacional e internacional) y la dimensión ética (razones en pro y en contra que emergen de los contextos discursivos de cada práctica).
En una entrevista con Télam, la investigadora subrayó que "entre la irrupción mediática de la novedad biotecnológica y la demanda inmediata en términos del mercado no nos permitimos un tiempo para la reflexión crítica".
-Ya no nos preguntamos si el fin justifica los medios...
-La sola posibilidad de aplicación de los medios parecería justificar cualquier fin: "¿Si es posible hacerlo, por qué no hacerlo?", es la pregunta que condensa este pasaje.
De allí la necesidad urgente de alentar la reflexión crítica de si lo que es técnicamente posible hacer, debe ser hecho. Sólo conociendo las cuestiones de hecho que están a la base de las prácticas mencionadas en el libro, seremos capaces de juzgar los argumentos esgrimidos a favor y en contra de las mismas.
- Esa coexistencia de diferentes perspectivas, ¿no refleja en parte un estado de fragmentación creciente en la sociedad? - Por supuesto lo refleja, pero no necesariamente es negativo. No me imagino viviendo en una sociedad monolítica. Por el contrario, creo que una forma de resistencia al totalitarismo consiste en alentar el pensamiento de la gente que (sumida en la vorágine de los acontecimientos) no se detiene a reflexionar sobre lo que nos pasa.
-La falta de un anclaje cultural que parece ser una de las características de esta sociedad globalizada, ¿no provoca una zona ambigua en la que cada día resulta más difícil distinguir lo que está bien de lo que está mal?
-De lo que se trata, es de construir ese anclaje según el modelo de los ideales ilustrados, que aunque imperfectamente realizados, creo que siguen vigentes. Cuando discutimos sobre la prostitución o la venta de órganos, por ejemplo, estamos discutiendo sobre el ideal de igualdad entre los seres humanos.
Esa falta de certezas respecto de lo que está bien o está mal no es lo preocupante. Lo preocupante es que la gente no alcance a procesar qué está pasando tanto con sus vidas en el ámbito privado como en calidad de miembros de una comunidad.
La gente suele fundar sus opiniones en un par de argumentos: "es antinatural" o "la religión lo prohíbe". Es raro que se piensen en cuestiones tales como el derecho a la autodeterminación de las personas, o la situación de vulnerabilidad en que se encuentran los individuos que acceden a determinada práctica (quien alquila su útero, por ejemplo) o en que medida una práctica no cuestionable, una vez instalada, no llevará a otras prácticas imposibles de fundar moralmente. El objeto del libro es alentar el debate razonado sin caer en un relativismo hueco, en un "todo vale".
-En líneas generales, ¿cómo se posiciona nuestro país en relación a estos temas?
-Depende de la práctica: en 2008 se promulgó una ley que tipifica la trata de blancas como delito federal, y que castiga con prisión a sus responsables. La norma incluye la captación de personas ya sea para la explotación sexual, el trabajo forzado y la extracción ilegal de órganos. Pero las ONG cuestionan que, según el texto aprobado, cuando la víctima es mayor de 18 años se deberá demostrar que fue obligada a prostituirse por la fuerza para que sea considerado delito.
En la Argentina, con el arribo de la democracia la pena de muerte fue derogada y luego prohibida su aplicación con la incorporación de los tratados internacionales a la Constitución Nacional.
El alquiler de útero no está regulado y la venta de órganos está prohibida. Respecto de varias de las prácticas invocadas en el libro hay un vacío legal. En otros casos, la ley dice una cosa pero en los hechos se dan otras.
-¿Cuáles son los temas que provocan más controversias?
-Los temas más controvertidos, tal vez por lo novedosos, puede que sean la homoparentalidad que da lugar a un formato de familia con padres homosexuales y el aborto.
-¿Y los que han generado mayores acuerdos?
-La pena de muerte hoy ha sido erradicada de la mayoría de los países occidentales. Hay otros temas muy pero muy recientes, por ejemplo, la posibilidad de guardar los perfiles genéticos de los delincuentes para ser usados en procesos judiciales.
Si bien hay que estar atentos al uso sumamente cuidadoso que se ha de hacer de esos perfiles, evitando el estigma o el involucrar a inocentes, hoy cada vez más en los países occidentales se está incorporando esos bancos de datos que permiten identificar a un violador, entre otros delincuentes de delitos aberrantes. |
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Categoría : ENTREVISTAS | Comentarios [0]
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