| |
31 » May 2008 |
 |
EDUCANDO A DELIA GOMEZ (II) Clase de TEODULO DOMINGUEZ |
|
| |
La muerte lenta y anónima por hambre no es muerte periodística
Por Teódulo Domínguez (*)
En menos de una línea se escribe la muerte de un desnutrido
* La niña Milagros, dos años, marca la diferencia
* Morir ahorcada es distinto a morir por desnutrición
* Si los asesinos son 2 menores, la nota es atractiva
* Si los asesinos son el Estado y su Presidenta, no hay delito
* El infanticidio no vende, vende el accidente
* Zin dijo “murieron 3531 en 2007” y aquí no ha pasado nada
* Maddie tiene prensa desde mayo 2007; 10 muertos por día ni un mísero recuadro.
Mientras leo una nota en “La Nación” a propósito de la nena de 2 años que fue presuntamente asesinada por dos menores, me preguntó si el concepto constitucional de “igualdad” es aplicable a la muerte, o si distintas formas de morir hacen distintas las muertes.
Pregunto: si en una misma familia mueren cuatro chicos, dos de ellos por causas desconocidas, una por desnutrición y la cuarta asesinada, ¿por qué la niña asesinada merece un espacio destacado en los medios y sus tres hermanitos ninguno?
No estoy cerca de esta familia y no puedo preguntar a los padres cuál fue la razón de la muerte de cada uno de sus chicos. Deduzco, por lo que responden a la prensa, que es una familia indigente y la causa de las muertes de sus hijos provienen de esta condición: la indigencia.
Conozco relativamente bien el caso de la nena asesinada porque la prensa me ha dado mucha información. Podría armar una conferencia sobre “los riesgos de los niños en villas de emergencia”. Si fuera médico o asistente social podría hablar acerca de “Cómo preservar la vida de los niños en barrios carenciados” o, en definitiva “El caso de Milagros, la nena asesinada”.
Creo que tendría garantizado el público con esta última conferencia.
Mientras escribo no pierdo de vista el motivo central de esta nota: la muerte, según el periodismo.
No quiero hablar de Milagros. Quiero hablar de su hermanito o hermanita que murió por desnutrición. Me dicen los buenos médicos que en los casos de muertes por desnutrición el 70% de las muertes podrían haberse evitado.
Se me ocurre que el hermanito de Milagros hoy podría estar vivo.
No puedo entender por qué de los 10 chicos muertos en ese partido, donde vivía Milagros, alguien no se dedicó a materializar este aserto profesional: salvar a 7 chicos de 10 amenazados de muerte. Si lo quiere poner al revés es así: murieron 10, pero 7 podrían haber sido salvados.
Volvamos a la tesis.
La mía es que todas las muertes de chicos –no quiero ocuparme de nadie más-, son muertes que hace a los muertos iguales ante toda consideración pública o fuente de derecho.
Consideración pública es también periodismo.
¿Por qué el periodismo consideró que la muerte de Milagros fue una muerte distinta a la de su hermanito por desnutrición?
Hay varios juicios de valor, o axiológicos, que se manejan en una Redacción:
* La muerte violenta es nota.
* La muerte violenta pero de una niña de dos años es mucho más nota.
* Si la muerte violenta es de una niña que tenía dos años, ha sido materializada por dos chicos de 7 y 9 años, es “más nota” todavía y se debe cubrir de inmediato. Además, hacerlo con todo el despliegue posible de imágenes, quietas o en movimiento, cubriendo todos los ángulos en todos los escenarios pisados por esta niña.
* La muerte de Milagros “la quiero todos los días hasta que se desinfle”, porque el “público quiere saber”, va a estar en la tele varios días, y “nosotros no podemos quedarnos atrás”, es una parrafada natural en un medio.
* No hay que perder de vista la situación de los dos menores que mataron a Milagros porque el caso está haciendo hablar a los jueces y se han instalado dos teorías encontradas: que los chicos no sabían que hacían y la otra que los chicos tenían plena conciencia de lo que hacían. Donde hay controversia, hay noticia.
La muerte por desnutrición se expresa en menos de una línea, y es suficiente
¿Cómo se plantea la Redacción la muerte del hermanito/a de Milagros que, según dice “La Nación” en su edición del 27 de mayo último, murió por “desnutrición”.
Informa el cronista, Jesús A. Cornejo, de la corresponsalía de La Plata, que Mirta Ortega, la mamá de Milagros Belizán, “la nena de dos años que fue golpeada y estrangulada por dos chicos de 7 y 9 años”, dice que “también ha sufrido la pérdida de otros tres chicos, uno de ellos, fallecido por desnutrición y otro, por muerte súbita”.
Mirta ha tenido 13 hijos y ahora tiene 9. Dice que “nunca ha robado para darles de comer a los suyos, pero se lamenta por no poder darles una vida mejor”. Toda la entrevista, es altamente reveladora de las penurias que sufre una familia indigente de Almirante Brown, Gran Buenos Aires. Si alguien quiere saber cómo ha de figurar la muerte del hermanito/a por desnutrición en la estadística 2008 de la Unicef y del ministerio de Salud que lidera el Dr. Claudio Zin, deberá prestar mucha atención, porque aparecerá en la forma de un número muy chiquito junto con otros 3500 numeritos más acompañados de frecuentes %%%%%. Ni siquieran estarán adornados con cruces estos numeritos. En realidad, las cruces son reemplazadas por %%%%%.
Hace varios días que “La Nación” y el resto del periodismo le cuentan a sus lectores y audiovidentes cómo es la muerte de una niña de dos años cuando dos chicos la ahorcan con un alambre.
En ningún momento el cronista Cornejo se ocupa de las otras muertes, ni siquiera la del chico o chica que falleció por desnutrición.
Es probable que a Jesús Cornejo le hayan dado instrucciones precisas y, además, le hayan advertido que sólo tendría lugar para una foto y 2 carillas. No es su culpa.
En suma, la Redacción de “La Nación” no se planteó en ningún momento que la muerte del hermanito/a de Milagros sea una muerte “de interés periodístico”. Con una referencia alusiva, dentro de una línea, es suficiente.
La muerte aburrida
La muerte por desnutrición es mucho menos muerte para el periodismo que la traumática y ahogada muerte de Milagros.
La muerte por desnutrición es una muerte anónima, en silencio, lenta y progresiva, sin gritos ni ronquidos, sin ahogos ni sollozos, sin pedidos de auxilio; sin sirenas policiales ni luces multicolores de las ambulancias. No hay sangre, no podría haberla porque la criatura ha quedado vacía por dentro y por fuera, sin agua ni tejidos. Generalmente mueren con los ojos grandotes y abiertos, como si preguntaran. La muerte por hambre no es traumática, en consecuencia “sin interés informativo”; es una muerte aburrida, ocurre todos los días, por lo menos en 10 casuchas u hospitales, en el Gran Buenos Aires y La Plata, dicen; los padres del chiquito muerto por inanición, son también anónimos, pobres, indigentes, no son populares, no viven en barrios cerrados, no tienen un cargo ni siquiera en el Concejo Deliberante; sólo sobreviven y, ya se sabe en las redacciones, la sobrevivencia es nota si es deportiva.
Cómo reconocer la muerte por su calidad
Hay otras muertes traumáticas. Son casos penosos, que generan mucho pesar y el periodismo expone con el criterio de informar primero y tratar de evitar que las mismas causas vuelvan a ocurrir.
Son muertes que conmueven y si los funcionarios saben interpretar, son tenidas en cuenta para evitar muertes similares. El periodismo, sin falsas estridencias, debe ocuparse de estas muertes:
* La muerte de los 5 chicos quemados en una casilla de La Plata; aunque “La Nación” no la consideró importante, ya que le dedicó una foto epígrafe.
* La muerte de una beba en un jardín maternal de General San Martín.
* La muerte de un bebé recién nacido en el Hospital Posadas, cuya madre, de 15 años, lo arrojó desde un sexto piso.
* La muerte de un niño de 9 años en Quilmes, al tirotearse dos bandas.
Hay otras muertes que ocurren en países extranjeros, pero tienen atractivos y se hacen “publicables”. Son temas traumáticos y lo traumático es también de “interés periodístico" pero "internacional”.
* En Neozelanda hallaron el cadáver de una mujer en el coche de su marido, mientras la hija de ambos apareció abandonada en una estación ferroviaria.
* En Afganistán ocurrió un ataque de fuerzas de EE.UU a una escuela donde se escondían insurgentes y 7 alumnos cayeron muertos.
* “Crece en Europa el escándalo por el tráfico de niños africanos” dice “La Nación y lo publica con foto y a 4 columnas.
* El chico Emmanuel, hijo de Clara Rojas, una secuestrada por las FARC, nacido en cautiverio, es rescatado por el gobierno colombiano. Esta nota apareció durante varios días en toda la prensa argentina, hasta que se agotó.
* El caso de la niña británica Madeleine McCann, desaparecida en un hotel de Portugal, en mayo 2007, es el ejemplo más expuesto en la prensa de todo el mundo.
“La Nación”, como tantos otros medios, le ha dedicado desde el principio un espacio pendular, según el cable, chico, mediano, grande, con títulos menores o a 4 columnas, de manera insistente no siempre correspondido por sus lectores, sospechamos, ya que sostener el tema obligó al diario a publicar imprudencias que hoy se afirmaban con gran seriedad y al otro día los hechos lo desmentían.
La cuestión, se deduce, pasó, y pasa todavía, por la tozuda orden instalada por alguien de la Redacción de que “Maddie” debe tener un lugar en el diario, cualquiera sea el cable o mail que provean las agencias.
El Dr. Zin tiene quien le escriba las estadísticas de 2008
Hace unos días se supo que el ministro de Salud bonaerense, Claudio Zin, un popularísimo médico de la televisión, reveló que la mortalidad infantil había sido superior en 2007, en comparación con 2006. Se han muerto, dijo 3.531 chicos en 2007, lo que significa unos 10 chicos por día.
Terminó la declaración de Zin y fue como si no hubiera dicho nada importante. Estaba diciendo que había ocurrido un aumento de 250 chicos muertos más en 2007 que en 2006, y la prensa, en su totalidad, dejó de hablar del tema.
Si en estos momentos llega un cable de Afganistán y dice que murieron 10 chicos en un incendio, todos los medios bajan el cable y lo reproducen en colores en sus corrientes informativas. En el Gran Buenos Aires, el mismo día mueren 10 chicos por desnutrición, y para los medios locales estas muertes no son noticia.
Refirmemos esta convicción: para los medios, la muerte por desnutrición de 10 chicos por día en el Gran Buenos Aires, como causa fundamental originaria, no es noticia. Ni siquiera merece tomar el teléfono para consultar a Zin, o enviarle un mail con la pregunta "Dr. ¿cuántos chicos se han muerto hoy en la provincia?" ¿Cómo vamos a preguntar una cosa que ocurre todos los días?
Los responsables del infanticidio están en las casas de Gobierno
Tampoco interesa a los medios “parar” este infanticidio nacional con publicaciones programadas que intenten alcanzar tal objetivo. En otros tiempos, un diario sensacionalista y discutido como "Crítica", dirigido por el uruguayo Natalio Botana, estaría sacando en tapa, cada día, un gran recuadro con los números del infanticidio argentino. Y es muy probable que hubiera hecho renunciar a varios ministros y gobernadores. También es muy probable que hubiera evitado la muerte de un 50% de las muertes que hoy ocurren en la república.
Los medios esperan que la Unicef envíe su informe periódico a las redacciones y, ese día es normal decir “Murieron en el país en 2008 un 2% menos que en 2007” o “Bajó un 2% la mortalidad infantil”, o “La Unicef dio a conocer las cifras de la mortalidad infantil”. No faltaría un funcionario que proclamara con orgullo: "Este gobierno puede decir que ahora se nos están muriendo un 8% menos que hace 10 años atrás".
Si mueren actualmente 25 chicos por día, mueren por mes 750, morirán este año unos 9.100 chicos, de los cuales, 6.400 pueden ser salvados si se toman las medidas que los médicos saben cuáles son.
¿Quiénes son los responsables de estas muertes que están ocurriendo, cada día? ¿Quiénes son los responsables de que no se evite la muerte de 6.400 chicos en este año?
La respuesta la conoce toda la Argentina: la presidenta de la Nación, sus ministros y funcionarios del Poder Ejecutivo; los diputados y senadores del Congreso Nacional; el resto de las legislaturas del país; los miembros del Poder Legislativo, con sus jueces y secretarios; los gobernadores y sus respectivos gabinetes; los intendentes y concejos deliberantes.
(*) Ex La Nación, Clarín, The San Diego Union, California
http://www.tdperiodismo.com/images/stories/290508muertedemilagros4.jpg |
|
|
|
Categoría : EDUCANDO A DELIA GOMEZ |  Comentarios [2]
|
| |
 |
|
| |
|
| |
  MUEREN 25 CHICOS POR DIA EN ARGENTINA POR DESNUTRICION |
| |
Por : larama | 01 » Jun 2008 | 03:16 am |
|
| |
Qé más se puede agregaqr, el título que elegi y del que el escritor tan bien explica, y lo peor de todo, es que sabemos ésto, todos los argentinos lo sabemos y miramos para otro lado, porque es la noticia de todos los días, de eso que ya está instaurado en nuestro país como algo natural y tal vez, en poco tiempo, tambien nos sea natural que una beba sea muerta asesinada por dos niños y no nos conmueva... El periodismo es cómplice del gobierno, porque ellos saben muy bien la realidad argentina pero ... responden al patrón de turno?
Esto es tan terriblemente espantoso, que duele hasta no poder más...y los chicos se nos siguen muriendo... |
|
|
| |
crítica sensible |
| |
Por : Miriam Giani | 01 » Jun 2008 | 05:59 am |
|
| |
Sr. Horacio Lara: coincido con usted en el planteo que escribe, conmovedor y crítico. La mortalidad materna e infantil es un "indicador sensible" del funcionamiento del sistema sanitario. Creo que a las condiciones de indigencia de la población se suman situaciones absolutamente deshumanizadas y poco "vigilantes" (no en términos policíacos, sino en términos epidemiológicos) en nuestros servicios, que hacen la vista gorda a la vulnerabilidad psicosocial y económica de los recién llegados al mundo y sus familias. Si es falta de recursos, a pelear y exigirlos. Si es negligencia y olvido, por anestesia ante el dolor ajeno, a recuperar los valores solidarios y la construcción de redes necesarias para el sostén de la salud. Comparto su preocupación, más allá de las muertes que son noticia. |
|
| |
|
| |
| |
|
| |
|
|
|
|
