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El ensayo comienza con una anécdota. "Chicos, chicos, ¡chicos!", avisa en tono ascendente, Miguel Nitzsche, director de la Banda de Vientos de la Escuela Municipal "La Llave" de Bariloche. "Rafael Méndez fue un gran trompetista y cuando era un niño tocó para la orquesta de Pancho Villa. Un día Méndez quiso dejar la banda de Villa para irse a la de la Policía, y Villa lo puso frente a un pelotón de fusilamiento. Bueno, listo. Vamos", relata. De inmediato la banda, compuesta por un puñado de adolescentes de mirada cristalina, arranca con "La cucaracha", entre otras inconfundibles melodías mexicanas.
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