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No nevaba.
Sí nevaba en realidad, pero era nieve de mentira. Astrud Gilberto cantaba delante de un árbol de navidad, por eso la nieve de mentira. Luego la canción se terminaba.
Desde que los periódicos dicen que el mundo se acaba, siento que las canciones son más corta y los días más largos. He pasado por tu casa pero me han dicho que no estabas, me han dicho que estabas en otra parte, en Tokio.
* Fragmento del libro: "Tokio ya no nos quiere", de Ray Loriga. |
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