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29 » Oct 2008 |
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Miguel o la libertad |
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Adelanto del Mediomundo del jueves.
Miguel atravesó este invierno del mismo modo que los últimos 5: cazando liebres. Es la temporada del frío el momento ideal para atraparlas. Desde hace unos años, Miguel va de un lado al otro de la frontera con sus trampas. Los estancieros no le ponen reparos a su trabajo y él gana el dinero suficiente para transcurrir un año sin sobresaltos vendiéndole la piel a los exportadores.
Aunque en la escuela nunca fue un alumno ejemplar Miguel tiene notables habilidades para cualquier tarea que a uno pueda ocurrírsele: ha cazado liebres, cierto, pero también pumas, cuando estos han atacado los rebaños de ovejas después de una parición. Es el único mecánico autorizado de su auto, un Land Rover de la década del 50, que alguien trajo de las Isla Malvinas y, finalmente y después de mucho rodar, quedó convertido en chatarra. Fierros perdidos que adquirió por unos 1000 dólares. El se encargó de rearmar el vehículo igual que a un juguete.
Buena parte de agosto lo dedica a pasear por ahí y mirar el cielo como si fuera el techo de su casa. Cuando le asaltan las ganas, agarra su mochila, su carpa iglú, un poco de comida, y sale despedido en la veterana 4x4. Bebe poco. No fuma. Su verdadero placer radica en acampar, charlar y visitar a los amigos. Como hacían los hombres y las mujeres de mi pueblo hace ya muchos años, se deja caer por casa (o el rancho) sólo para decir hola y matar el tiempo.
Más allá de la tradición, Miguel tiene estilo propio. Le gusta la buena ropa de montaña, los zapatos de trekking, y ama su sombrero vaquero que buscó con tesón hasta el encontrar uno que era perfecto para él. Siempre le digo que le falta el laso y el caballo. Pero es una obviedad aclarar que quien tiene un Land Rover modelo 50, no necesita cuatro patas. De igual modo, no le hace asco al galope. En la época en que se organizan las fiestas criollas de doma y folclore, se atreve a subirse a un caballo salvaje y trata, ya que no de domarlo, de mantenerse arriba por al menos un minuto sin perder la dignidad. Hace un tiempo una revista de turismo quiso ponerlo en su tapa. Les respondió con una sonrisa incrédula y un no gracias.
Septiembre marca el inicio de la Temporada Alta en la Patagonia Austral, entonces es cuando empieza el verdadero ajetreo. Miguel es el guía de una empresa internacional de tours y el encargado de llevar a buen puerto a distintos grupos de extranjeros que se adentran en las montañas y los glaciares. A veces sus viajes son un auténtico paseo. A veces una odisea. De cada cosa hay en la vida de un guía. Su condición física y experiencia se han transformado en un comentario general entre quienes se dedican al rubro en espacios tan salvajes y maravillosos como el Parque Nacional Torres del Paine o la zona de glaciar Perito Moreno.
Cada vez que nos encontramos disfruto de sus conversaciones. Son dosis concentradas de filosofía natural que transmiten orgullo y seguridad. Miguel ha nacido donde quería nacer. Estoy persuadido de que si alguna vez tuvo la oportunidad de elegir una geografía, acaso en un plano que desconocemos, en una sobrevida que se nos escapa a la percepción ordinaria, pues, Miguel hizo su opción. Puso un dedo en el mapa y el dedo lo ubicó en el extremo. Toda su persona respira armonía.
A pesar de que su tarea cotidiana es ardua, Miguel tiene planes. Quiere conocer el mundo, mirar otros paisajes, descubrir la emoción cotidiana, no afectada, en los rostros de personas que nacieron a miles kilómetros de su mundo. A sus 23 años, no sólo carga mochilas y carpas, también lleva consigo la idea de volverse rico. Nadie puede culparlo de pecar de ambición desmedida a su edad. El fue quien me enseñó que la libertad no se hereda si no que se obtiene después de un arduo trabajo. Y que si no has empezado, empieza ya. Fue la persona que me hizo entender que esa bella y controversial palabra tiene un precio. Supongo que Miguel aprendió la lección producto de una paradoja que se desarrolla en su trabajo como guía: al pie de las montañas, avanza observando los picos nevados, pero cuando vuelve la cabeza hacia atrás ve un montón de profesionales americanos o europeos que han pagado con tarjeta su derecho a conocer tierras vírgenes en la Patagonia. Su ticket a la aventura. En ese trayecto, en cierta forma, Miguel acepta estar preso para después tejer su propio camino.
Hemos soñado juntos en muchas ocasiones. En cuestión de minutos elaboramos perfectos planes de negocios que un día nos permitirán fumar los más selectos habanos cubanos. Yo hablo de Shakespeare. El de refundar el mundo en el sur. Soñar es el ejercicio de la poesía, y la poesía, libertad.
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Categoría : Mediomundo |  Comentarios [7]
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  Miguel o la Libertad |
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Por : Anonimo | 29 » Oct 2008 | 07:24 pm |
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me gustaría conocer alguna vez a Miguel y pagarle ese ticket para que su sueño este mas cerca de la realidad, de todas maneras el ya es rico viviendo y trabajando en esos inmensos parajes, cambiaría mi vida por la suya con los ojos cerrados, pues las personas que tenemos lo que el sueña estamos deseando ser como el. |
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¿Escuela si o escuela no? |
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Por : Gerardo | 29 » Oct 2008 | 07:42 pm |
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En estos días se ha suscitado un duro debate entre los que apoyan la escuela pública o privada en contraposición de la educación en el hogar. En referencia a este artículo de Miguel, me parece que el no haber sido un alumno ejemplar en la escuela no le afectó mucho en la forma de trabajo o vida que desea llevar. Ya que parece ser un tipo realizado y felíz en lo que hace, y aparentemente tiene muchas y buenas chances de llegar no solo a ser admirado, exitoso y rico si quiere en un no muy lejano tiempo.
Creo que las personas pueden llegar a ser plenas, sociables y exitosas, aún si no se encasillan en el viejo mito que sin escuela no hay sociabilización o éxito. Saludos y Miguel ¡sé muy felíz!. |
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Miguel,sos un grande |
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Por : Rubén | 29 » Oct 2008 | 10:35 pm |
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Quiero de cirte, si tenés oportunidad de leer esto, que alguna vez también me gané la vida cazando, allá lejos y hace mucho.-
Tal como vos en este momento, era la persona más libre y feliz del mundo, sin importarme los vaivenes económicos, ni el acontecer empresarial, ni la vida social.-
Miguel, te envidio.-
No cambies.- |
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Lugares |
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Por : Susy | 30 » Oct 2008 | 12:02 am | Email
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COMO CONOZCOESOS LUGARES,TAN MARAVILLISOS DEL QUE HACE MENCION MIGUEL DONDE SE PODRIA REFUNDAR EL MUNDO, PERDERRIAMOS ESE ENCONTO, QUE SIGNIFICA LA LIBERTAD, LA PAZ...
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Un gran hombre |
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Por : Matias Torres. Corailas | 30 » Oct 2008 | 12:44 am |
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Que sorpresa me dio al abrir, como cada dia, este blog y encontrarme con "primo" como le dice mi hermano. El verano pasado tuve la oportunidad de conocerlo. Un hobre de mirada buena y sincera. Campechano hasta las patas.
Hemos compartido una cuantas veces, las cuales me divierto mucho ya que cuentan un sin fin de historias, yo diria que tiene mas historias que condorito.
Si la tierra estubiera llena de migueles como el seria distinta, mas buena, mas solidaria, mas simple, mas libre.
Saludos. |
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Miguel = libertad |
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Por : Maximiliano Jipoulou Torres | 01 » Nov 2008 | 05:08 am | Email
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me alegro mucho que hayas escrito sobre la vida de miguel, porque es una buena persona, chistoso, sociable y muy solidario no hay mejor manera de describirlo como lo haz hecho.
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Buena Claudio!! |
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Por : Miguel | 04 » Nov 2008 | 08:13 pm |
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Claudio
Gracias por lo que escribiste sobre mi... me dio mucha alegría leer esto sobre todo los comentarios de la gente. La gente no sabe lo que uno vive aqui pero con tus palabras lo diste a conocer.
Amarlo que uno hace que el frio, el viento y la nieve sean parte de ti.Tu los sabes mejor que yo tu vida comenzo en el campo también somo de las misma cepa.... Gracias por todo que te vaya bien... y espero verte pronto.
Saludos
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