Dan ha su superado la instancia más dolorosa de su vida: la muerte de su mujer. Sus tres hijas de edades que van de los 11 a los 17, no le hacen la vida fácil, sin embargo, Dan, no siente lástima por sí mismo. No lame sus heridas sino que vas más allá de los recuerdos, cuida de los suyos y mantiene su trabajo como columnista en un periódico del interior de los Estados Unidos. No le va mal, y acaba de recibir un llamado que podría ponerlo en cadena nacional.
Cuatros años. Que silenciosa se hace la cocina por las mañanas. Que raro se vuelve todo para Dan cuando ve partir a sus hermosas niñas, cada una con una mirada distinta del mundo y del propio Dan.
Dan tiene suerte. Tal vez porque permanece abierto a la posibilidad de encontrar un alma gemela. De modo que en la cita anual de toda la familia, justo en ese día obligado y algo incómodo que transcurre en casa de los padres de Dan, este viudo de rostro inquebrantable pero sonrisa dulce, se encuentra con Marie. Bastan unos minutos para que entre ambos crezca la química necesaria que lleva al amor. Para que ambos sepan por anticipado que si estuvieran juntos, como pareja, serían algo especial. Una cosa lleva a la otra, comparten un rato en una librería, luego en un café y, finalmente, se dicen adiós y quizás hasta pronto ¿qué tiene de malo? Ella acaba de comenzar una relación y no quiere interrumpila. Al menos pueden charlar. Nos vemos: “Te llamaré aunque sea para decirte que no te llamaré”, dice Dan. Palabras de más.
Cuando Dan vuelve a la casa en donde se reunen en amoroso desorden, padres, abuelos, tíos, sobrinos, primos y, por supuesto, hermanos, conserva en la mirada el brillo elocuente de quien se ha enamorado a primera vista.
Es demasiado obvio su embrujo. Festejos. !Dan encontró el amor! !Dan encontró el amor! Hay una chance para él. Todos lo rodean, palmean su espalda y aguardan por los detalles de esta mujer que le robó sus corazón en menos de dos segundos. Es hermosa, dicen los demás sin conocerla, y el agrega, es...es....es....y en ese momento, uno de sus hermanos hace su entrada triunfal a la reunión. Del brazo lleva a una mujer fantástica: Maríe.
Dan, te presento a mi novia, Marie. Silencio. Silencio. Silencio.
Entonces la película continúa y se pone cada vez más divertida.
De Peter Hedges, Con Steve Carell, Juliette Binoche y Dane Cook