Puede uno imaginárselo. A ese chico de 20 años y ojos brillantes, recién bajadito del Cabo de Hornos, subiendo por calle Corrientes. Benito Blanco, con toda la vida por delante. Y su vida sería tan intensa y excepcional que podría hacerse con ella una película épica.
Con los años, Blanco iba transformarse en un próspero empresario con inversiones en los más variados rubros -pozos petroleros, fruticultura, turismo, hotelería, construcción, entre otros- y su vínculo con Río Negro y Neuquén resultaría esencial. Volviendo al pibe que acaba de poner un pie en Buenos Aires luego de semanas de viaje a través del Atlántico. Todavía conserva en su boca el sabor de su tierra Lalín, Galicia, sin embargo, pronto y sin traumas, entiende que debe adaptarse para sobrevivir en una ciudad cosmopolita.
"Live forever", uno de los grandes temas de Oasis.
Al final de la tortuosa relación que han sabido mantener Liam y Noel Gallagher sólo quedarán canciones. Las peleas, las luchas intestinas, las borracheras, los altercados, las riñas de bar de mala muerte, apenas si agregarán un capítulo medianamente simpático a la historia de una de las más importantes bandas del rock inglés.
En coincidencia con el último adiós de Noel, con un escueto mensaje publicado en la página oficial de la banda, la canción "Live Forever" fue votada como el mejor tema de todos los tiempos, según un sondeo realizado por la estación radial británica, Xfm, la estadounidense KROQ y la australiana Triple J. Otros temas del conjunto fueron elegidos para la misma lista: "Don't look back in anger" y "Wonderwall".
El primer “comunicado” de Noel no deja mucho lugar a la imaginación, aunque uno puede suponer que los chicos volvieron a agarrarse literalmente a las trompadas. Dijo Noel: “Con algo de tristeza y gran alivio les comento que esta noche dejo Oasis. La gente escribirá y dirá lo que quiera, pero simplemente no podía continuar trabajando con Liam un solo día más. Mis disculpas a toda la gente que compró entradas para los conciertos en París, Constanza y Milán”.
Sin embargo, poco después profundizó en el tema: “El nivel de intimidación verbal y violenta hacia mí, mi familia, mis amigos y mis compañeros ha llegado a un punto en que es intolerable. Y la falta de apoyo y comprensión por parte de mi administración y compañeros de grupo me ha dejado sin ninguna otra opción mas que marcharme de la banda”.
Los rumores no dejan de correr: se comenta que Liam destrozó la guitarra de Noel, al tiempo que este último gritaba “no eres mi hermano”.
En medio de la tormenta Peggy, la madre de los hermanos malditos y talentosos, salió a poner paños fríos a una situación que siempre estuvo presente: "Estoy convencida de que la banda se reformará porque ellos se quieren mucho, pero siempre han sido diferentes. Lo gracioso es que no se peleaban cuando eran pequeños. No peleaban hasta que empezó la banda. Espero que este no sea el fin de Oasis. No creo que lo sea. Es sólo que están cansados al final de la gira. Han tenido peleas antes y han sabido superarlo".
Pero tal y como ya dijo Noel hace unas horas, al menos por el momento no tendremos más Oasis porque Oasis ya no existe.
¿Cómo es que se gestó la figura de este grupo o, digámoslo claro, de este dúo al que ningún otro músico -socio o invitado- fue capaz de seguirle el tranco? Fue a base de buenas, maravillosas y estupendas canciones. Hits. Hablamos de Hits.
En el medio, por supuesto, Liam y Noel mantuvieron una relación que ha sido capaz de recordarnos la cómica y desenfrenada amistad de Tom y Jerry. Tampoco el ego de ambos ha contribuido a suavizar su imagen. Si The Beatles se compararon con Jesús, Oasis siempre quiso pararse a la altura de The Beatles. Como si la banda de Liverpool fuera el único ícono musical que pudiera hacerles sombra. Para el resto del universo musical nunca tuvieron mayores consideraciones. Recordemos, por ejemplo, las palabras poco felices que los Gallagher tuvieron para Blur: “algunos de los integrantes de Blur parecen buena gente, pero espero que otros dos mueran de Sida", aseguraba Noel en referencia a Damon Albarn y Alex James.
Aunque por encima de las trifulcas estuvo la música. Cada disco de Oasis ha contenido al menos un hit indiscutible. Una canción nacida para marcar su tiempo. Y, tal vez en el momento más afilado de Noel, Oasis logró el imposible de componer un disco - “(What's the Story) Morning Glory?”- en donde sólo se escuchaban excelentes temas. Uno tras otro.
De su primer disco, “Definitely Maybe” (1991), figura la atrapante "Live Forever", que ya sabemos lo profundo que caló en públicos de todo el mundo. Luego vino “(What's the Story) Morning Glory?” (1995), un disco perfecto que rompió todos los récords de popularidad (vendió 20 millones de copias) y que puede ser escuchado de principio a fin sin adelantar ni poner pausas. Canciones como "Wonderwall" y "Champagne Supernova" alcanzaron la estatura de emblema generacional.
La hipnótica "Stand By Me" y la muy saturada "D'You Know What I Mean?", que fue presentada al mundo con un super video, de “Be Here Now” (1997), reconfirmó la vigencia y el poderío de Oasis en la escena musical internacional. “Go Let It Out”, incluida en “Standing on the Shoulder of Giants” (1999), fue la punta de lanza de un disco bastante experimental y más arduo de escuchar que los anteriores. Con "Stop Crying Your Heart Out" de “Heathen Chemistry” (2001), el grupo demostró que mantenía intacta su capacidad para componer sobresalientes baladas. "Lyla", de “Don’t Believe The Truth” (2005), presenta a un Oasis en buena forma, rockero, intenso y listo para continuar en la ruta. Finalmente, “The Shock Of The Lightning”, es uno de los temas insignia de “Dig Out Your Soul”, un álbum que merece ser escuchado con especial atención puesto que subraya la madurez de un par que hace rato dejó atrás la adolescencia y la juventud.
Y justo cuando se ponía bueno, pues, Oasis llega a su fin. Pero, haciendo caso de quien seguramente los conoce mejor que nadie, Peggy, tarde o temprano tendremos una reconcilización. Un abrazo. Una cerveza compartida. Entonces, como en el juego de la eterna reencarnación, habrá Oasis para un rato y peleas para siempre.
Los sueños tienen como materia base el delirio. Querer ser un artista, tanto como un buen padre o un astronauta, requieren de una cuota de osadía no menor.
Recuerdo una frase del “Flaco” Spinetta: “Quién resistirá cuando el arte ataque”. Si, quien resistirá.
No hay una sóla manera de intentar cambiar el mundo. Y cambiar el mundo es una tarea que se hace de fragmentos.
Un poema es un hecho posible. Una canción. El frente de una casa pintada de un color distinto a las demás.
Yo, como tantos, quisiera colaborar para que este espacio en el que convivimos sea un poco más agradable.
Me gusta la idea ser volverse consciente del acto de existir.
Y la música, la música sirve de un modo perfecto a estos propósito.
¿De qué cuernos estoy hablando? Hablo de con un grupo de gente -Andrés Furh, Julieta Lacunza, Valeria Maida, Andrés Stefani, entre otros-, maravillosa gente, estamos armando el Valle de los Músicos III. Un encuentro que partió con amigos y un público estusiasta que primero llenó Mal de Amores y luego, con más de 1500 personas en total, la Plaza del ex Patronato.
Ahora vamos por el Canalito y con un espectáculo aun más grande que no perderá la íntimidad y la sensibilidad de los primeros.
Habrá muchísima música para bailar, sentir y crecer, buenos artistas, también exposiciones y actores ofreciendo su mirada del mundo.
Hay diversas formas de colaborar en un evento de este tipo sin pretenciones de lucro. Acá todos ponen el hombro, su arte, las ganas para después brindar por la gloria de una tarea bien hecha.
Estaría muy bien si lo comentan, si le pasan el dato a sus amigos, si lo hacen rodar: “ey, se hace el Valle de los Músicos III”. Estaría genial si vienen y nos damos un abrazo.
Será en los primeros días de noviembre. Los que quieran ya se pueden ir anotando para tener un lugar asegurado: dejen un mensaje diciendo: "Ahí estaremos" en este mismo post.
Si la ropa es una segunda piel, siempre estamos desnudos.
No cesará hoy la discusión acerca de la verdadera importancia que tiene la vestimenta en nuestras vidas. Sin embargo, a riesgo de resultar frívolo, diré que la ropa ofrece una oportunidad de redensión única en su tipo.
Es un conjuro contra el aburrimiento y la uniformidad.
Contrariamente a lo que se piensa la elegancia no se hereda. Se aprende. No viene con la sangre sino que crece bajo el mismo sol que el lenguaje. Decir que se tiene estilo desde la cuna equivale a asegurar que la pasión por los libros, por ejemplo, se impregna en los colegios privados y en las casonas coloniales.
No, un buen lector puede adentrarse en Shakespeare y Borges así haya crecido en una isla del fin del mundo. Donde hay un libro hay también un pasaje secreto hacia la libertad.
El buen vestir, como el buen como comer, como el buen leer, y como el buen escuchar, llegan a nosotros con rigurosa disciplina.
El estilo es materia de estudio. Y no está vinculado directamente con la riqueza. Cultivar la belleza de espíritu y la sensualidad personal es un asunto dejado nuestro arbitrio.
Hace unos días fundamenté mi punto de vista en forma de poema:
“Lo que no te ha otorgado la belleza natural, lo resuelve el estilo.
Lo que no te han enseñado tus tutores, las escuelas trilingües y las universidades de siempre, lo obtendrás de los libros.
El idioma que no hablas hoy, si te empecinas, lo hablarás en dos años y gratis con la BBC on line.
Los países que no conoces aceptarán tu mochila liviana y tu falta de dinero, a cambio de que seas sigiloso y alegre.
Las personas que ahora te ignoran, aceptarán un día tu gusto, tu voluntad y la sabiduría de tu verbo.
Te inventarás a ti mismo cuando lo desees en lo más profundo de tu corazón.
Tus manos tendrán el aroma de las flores Kenzo.
Tus ideas fundarán un nuevo proyecto.
Imagina.
Dibuja sobre tu piel.
Crea con paciencia la mayor de tus riquezas”.