La Filarmónica Cósmica cerrá la noche del domingo 22 en Plaza San Martín de Roca. Antes estará una agrupación de latin jazz y salsa liderada por Andrés Fuhr. Las actividades, diseño, exposiciones, graffittis, resto/bares comienzan a las 18.
El “Valle de los Músicos 0.3” abrirá, a las 20 horas, una gran banda de músicos regionales integrada por Pablo Venegas (batería), Ernesto Amstein (piano), Charly Salas (percusión, voz), Pablo de la Fuente (saxos), María Suárez (voz, guitarra), Laura Fuhr (violín), Gabriela Franco (Flauta), Laura Covicchi (cello), José Valerio (percusión) y Andrés Fuhr (bajo).
El cierre, a las 22, estará a cargo de La Filarmónica Cósmica, uno de los grupos de rock-pop de mayor crecimiento en los últimos años y que bien podrían ser considerados herederos de grandes bandas como “Los Fabulosos Cadillacs” y “La Portuaria”.
También participarán de “El Valle de los Músicos III” un destacado grupo de diseñadores de ropa y accesorios, graffiteros que trabajarán en vivo, cervecerías artesanales y bares de Roca que armarán un patio de comida.
Se vive sin saber.
Se vive como se puede.
Y ambas cosas son ciertas.
Los preciosos momentos que enlazan nuestra historia transcurren en desorden. A los tropezones. A veces no tenemos nada entre las manos, y a veces hay tantas y buenas cosas que, incapaces de contenerlas, se nos escapan entre los dedos.
Pero se vive, ese es el punto, y contra el dolor no queda otra alternativa que reflexionar y empujar. Ir en procura del siguiente capítulo.
Como una lección interminable, cada día hay una oportunidad floreciente de encontrar la clave.
Sólo nos volvemos concientes de nuestros tesoros cuando estos se ausentan. Con la escases no extrañamos la abundancia sino el simple hecho de tener una centavo en el bolsillo. Con el dolor, recordamos el tiempo en que no padecíamos y nuestra sonrisa era neutral como la de un Buda. Con el cansacio, los días en que paseabamos ágiles sin que nada nos preocupara.
El sabor de una manzana. La velocidad de un beso. La inmensidad abriéndose sobre nuestras cabezas cuando regresamos al amanecer a nuestra cama. La última hoja del libro. La paz de las 5 AM. La mirada extraña y sabia de un perro. Una remera sin estrenar. Una llamada que no esperabas pero que alegra las horas grises. Una conversación que deriva en una cerveza y en proyectos varios y en risas y en la contradictoria promesa de otros encuentros no planificados.
De todo eso y más somos dueños. Siempre. Casi siempre. Flamantes propietarios de hechos únicos. Irrepetibles. Eternos en la memoria.
Cada vez que emprendo la lectura de un libro, que inicio un viaje, que participo de una charla que me provoca. Cada vez que descubro una canción que vale la pena escuchar cien veces. Cada vez que siento en mi piel cómo gira el mundo, lo esfímero que es este juego de risas y llantos, me vuelvo apoenas consciente y prolongo el paisaje frente a mis ojos.
Somos una pared mágica capaz de absorber luz y devolver estallido.
Días atrás recuperé un libro que le había prestado a un gran amigo, Fernando. Se llama “Sobre los acantilados de mármol”, de Ernest Jünger. Es una historia excitante y aleccionadora. No entiendo porqué, tomando en cuenta su ritmo y la deliciosa locura que despliega el autor, nadie la llevó al cine aun. Lo leí hace un par de años a la velocidad de la luz y luego lo recomendé y lo pasé.
En sus párrafos iniciales, el personaje de Jünger reflexiona acerca del buen vivir y las posibilidades del amor, la felicidad y el placer. Por supuesto, viene a colación. Dice:
“Todos vosotros conocéis la profunda melancolía que nos sobrecoge al recordar los tiempos felices. Esos tiempos que se han alejado para no volver más y de los cuales estamos más implacablemente separados que por cualquier distancia. Y las imágenes de la vida son más seductoras todavía vistas en el reflejo que nos dejan, y pensamos en ellas como en el cuerpo de una amada difunta que reposara bajo tierra y que de pronto se nos apareciera, como un luminoso espejismo. Una y otra vez nos entregamos a nuestros sedientos ensueños y tratamos de revivir el pasado, deteniéndonos ante cada uno de sus pormenores y de sus detalles. y cuando tal hacemos nos parece que nunca hemos sabido apurar las posibilidades de la vida y del amor, pero nuestro arrepentimiento no puede hacer emerger lo que en definitiva se ha hundido para siempre en la nada. ¡Ojalá que este sentimiento fuera una lección que pudiéramos tener presente en cada momento de felicidad!”.
“El Valle de los Músicos” es hoy por hoy uno de los mayores eventos de música de General Roca, después de la Fiesta de la Manzana. Este año se desarrollará el domingo 22 de noviembre (Día de la Música) en el Anfiteatro del Canalito y las calles paralelas que serán transformadas en peatonales, entre las 17 y la medianoche.
“El Valle de los Músicos” comenzó hace un par de años como un homenaje a los músicos locales y con el tiempo su propuesta ha crecido en público y oferta musical de un modo muy importante. Al primer encuentro asistieron 400 personas y al segundo más de 1500.
En esta tercera ocasión “El Valle de los Músicos” espera reunir entre 5 y 7 mil personas y como parte del show participarán agrupaciones de tango, salsa, jazz, bossa nova y rock alternativo.
Como en cada edición cuenta con el apoyo y la producción de la Dirección de Cultura del Municipio de General Roca, a cargo de Ricardo Lasala, y con la organización general del grupo “Valle de los Músicos” integrado por Andrés Fuhr (en dirección músical), Julieta Lacunza, Valeria Maida, Alexia Paissanidis y Claudio Andrade.
Este año el espectáculo abrirá con un Dj y una Orquesta de Tango de Buenos Aires y cerrará con la actuación de La Filarmónica Cósmica, uno de los grupos de rock-pop de más significativo crecimiento y proyección de los últimos años y que bien podrían ser considerados herederos de grandes bandas como “Los Fabulosos Cadillacs” y “La Portuaria”.
El primer disco de la Filarmónica Cósmica fue elegido como el Mejor del Mes de Septiembre del Club del Disco de Buenos Aires y sus hits suenan en radios y como parte de exitosas campañas comerciales.
También estarán presenten orquestas de salsa, latin-jazz y bossa nova compuestas por destacados músicos de la región.
Participarán escuelas de salsa y tango, decenas diseñadores de ropa y accesorios, bares, restaurantes y cervecerías que armarán un enorme patio gourmet en la calle.
También se presentará un grupo de ballet contemporáneo liderado por la sobresaliente bailarina y profesora María Laura Balmaceda, agrupaciones de teatro y graffiteros que trabajarán en vivo sobre un mural.
El espectáculo será transmitido en directo por distintos blogs ubicados en el diario "Río Negro On Line” (Mediomundo y Comprate un tele) y por radio.
En el mismo espacio se instalarán dos pantallas gigantes para que todo el público tenga acceso a lo que sucede arriba del escenario. Por otro lado, asistirán como invitados destacados periodistas y críticos de la música de la región y de Buenos Aires que cubrirán para medios de todo el país el evento. Algunos de ellos además darán charlas gratuitas de folclore y rock.