|
03 » Jul 2012 |
|
El regreso de Jorge Lanata |
|
|
Como un fenómeno climático que reitera sus huracanes y sus desbordes cada determinada cantidad de años, Jorge Lanata vuelve a la pantalla chica para alegría de algunos e infelicidad de otros.
Es verdaderamente indiscutible que Lanata jamás ha pasado ni pasará desapercibido. Ya sea por admiración o aberración de los otros, el creador de “Página/12” suma seguidores por cientos de miles en la Argentina.
Su nuevo desembarco “Periodismo Para Todos” (PPN) no dejó indiferente a nadie. Tal como lo hizo con “Página 12”, entre fines de los 80 y mediados de los 90, o con sus anteriores ciclos televisivos como “Día D”, o radiales como “Rompecabezas”, Lanata genera periodismo de alto impacto con muy pocos elementos. Aquí no hay llantos ni histeria. Tampoco abunda la superproducción. En el reino de Lanata todo se decanta por la obviedad o la omisión del despropósito político y social. Aquello que deberíamos ver pero que la aceleración de los tiempos nos lo ciega. Despojado, mínimo Lanata se muestra allí para apuntar con el dedo.
Uno de sus primeros programas estuvo en su mayor parte dedicado a su viaje a El Calafate y a un recorrido por demás cotidiano por la tierra de la presidenta Cristina Fernandez de Kirchner. El periodista desvergonzado que irrumpe en el patio de Cristina.
Como era de esperar no se alojó en cualquier hotel sino en uno de los dos que posee la mandataria en Santa Cruz. Quiso hacerlo en ambos pero un encargado del lugar se lo impidió, cuando ya se instalaba con sus maletas en el segundo, porque según argumentaron en principio desde la recepción el hotel estaba lleno aunque lucía tan vacío como la estepa patagónica. Después le confesaron que a él, si, su justo a él, no lo querían como huésped.
Con estas dos situaciones breves y superficiales, Lanata armó un programa para picar alto entre la audiencia demostrando una vez más su inteligencia y total manejo del oficio periodístico. Ofreció una pincelada, un bosquejo personal de cómo funciona el poder real de los Kirchner en la austral provincia y, por proyección, en el resto del país.
Con los años se ha vuelto mucho más importante lo que Jorge Lanata vive que lo que Jorge Lanata dice. Esto tal vez fundamente el hecho de que Lanata aparezca ahora ante su audiencia, en vivo y directo, amparado por un telón típicamente teatral. Su primer contacto con el público no es a través del periodismo sino mediante un monólogo guionado, donde se alternan visiones de la realidad argentina con una serie de gags de diverso voltage. Es como si quisiera quitarle peso a sus palabras para poder ir aun más lejos de lo que en verdad se le permite ir a un periodista. Un límite de irreverencia en el que se regodean los actores y los humoristas del stand up de los teatros off.
Después vienen las notas. La singularidad de Lanata realza sus acciones periodísticas. Su figura de personaje literario construido con las partes caprichosas que él mismo ha podido encontrar en sus muchas lecturas se volvió un sello. Lanata siempre vistió caro pero en el último tiempo ha acentuado el concepto. Su cuerpo voluminoso se enfunda en trajes, corbatas y sombreros que lo alejan de la imagen del reportero o del cronista tradicional y lo acercan a una versión cool de Michael Moore, otro embestidor por naturaleza pero que en materia de ropa y modales deja un universo que desear.
El Jorge Lanata que regresó de un ostracismo impuesto, según sus propias palabras, por los dueños y conspiradores del sistema televisivo, condimenta sus parlamentos con mayores dosis de ironía y agresividad. Durante sus años televisivos el periodista vio como el establishment le pasaba una onerosa factura por su éxito.
Su ingenio, sus desbordes, sus descubrimientos que pusieron en ridículo al poder no fueron olvidados.
En los últimos 4 años el escenario político dio múltiples volteretas, como suele hacerlo, se reconvirtió pero Lanata no estuvo siempre allí para testimoniarlo. Terminó apartado del eje. Lejos del centro. Recluido en el cable, en la radio o en columnas escritas y esporádicas.
Por esto es que su vuelta, bajo el amparo de una canal líder como el 13, está cargada con un inevitable espíritu revanchista.
Es factible pensar que durante su rica etapa gráfica Lanata permaneció “protegido” de los embates más amargos y salvajes tanto del poder como de la opinión pública masiva. “Página/12” funcionaba como un bastión intelectual, un hecho que instalaba la discusión, la suya, la de sus periodistas, la de sus adversarios, en un plano especial. Acotado pero revestido de prestigio.
Su ingreso a las grandes ligas de los medios donde el éxito se cuenta por millones de pesos y puntos de rating, antes que por la estatura dialéctica del contrincante, le significó ganarse nuevos y mayores enemigos.
Su evolución psicológica en el terreno televisivo es también una respuesta, a ratos brutal, a quienes lo confrontaron durante estos años con afiladas armas. De allí que Lanata y su programa se cierren sobre sí mismos: él y sobre todo él. Como un núcleo duro y apretado capaz de soportar los embates del poder.
Jorge Lanata entiende de sobra que la crueldad es parte del negocio que más lo seduce. |
|
|
|
Categoría : General | Comentarios [0]
|
|
|
|
03 » Jul 2012 |
|
Exprimes el limón |
|
|
Exprimes el limón y piensas que exprimes la vida
El tiempo estalla hacia adentro y hacia fuera con una precisión feroz
Una piba toca el bajo y raja las entrañas de la tierra
Y extrañas
Que un fuego letal deje un tatuaje perverso sobre tu espalda
No, no, nada de eso
El parlante da hasta donde puede
La diferencia entre una cosa y la otra
es si eres capaz de soportar el frío una vez
que te sacas la remera.
El llanto es inspirador
Y la rabia y la furia
y el deseo perpetuo que te hace imaginar
posiciones extrañas con la más dulce
de las hadas
Tu poción y tu magia
subyace en el temblor de tus manos
en la posibilidad cierta de que te lances de cabeza.
Ahora mismo.
Ya.
Al próximo cielo. |
|
|
|
Categoría : Poemas | Comentarios [0]
|
|
|
|
15 » Jun 2012 |
|
Los amigos de mi abuelo |
|
|
Los amigos de mi abuelo nos daban dinero.
Corríamos desaforados sobre la vereda de su casa. Ya era de noche y ellos estaban borrachos. Cada tanto salían a la puerta a tomar aire y nosotros les pedíamos plata para comprar Coca Colas. Andaban sueltos de billetes porque habían bajado del campo ese mismo día. Llevaban 4, 5 horas tomando vino blanco. Sin parar.
Primero pedía mi prima. Después yo. Y así. Eran un buen grupo. Las Coca colas pasaban de nuestros labios a la panza con inusual vértigo. El truco consistía en pedir, comprar y tomar a todo vértigo. Nada podía detenernos y nos reíamos a carcajadas cada vez que un de estos hombres nos llenaban las manos de pequeños billetes. Se llamaban escudos entonces.
Los “viejos”, como les decíamos, se veían efectivamente viejos pero el más grande era mi propio abuelo que tenía apenas 50. Había cambiado el campo por el pueblo porque se estaba quedando ciego. Cuando sus rondas a caballo por la estancia comenzaron a dejarle la cara marcada de llagas que se hacía contra las ramas de los árboles, alguien le dijo, tal vez su mujer, que era hora de cambiar de trabajo.
Eran gente del sur, gente de curtida, los que hoy nos divertían con divague alcohólico. Gauchos, ovejeros, esquiladores, puesteros, ayudantes de puesteros y esquiladores, domadores, cocineros y ayudantes de cocina, cazadores de zorros, cazadores de pumas, puesteros cuatreros, cuatreros a secas, borrachos sin ocupación definida, jugadores de truco profesionales, vendedores de objetos que nadie necesitaría jamás, vendedores de humo.
Su vida no fue fácil pero administrar ciego una humilde residencial para profesores que llegaban de todo el país a Puerto Natales, motivados por un sueldo apenas un poco más alto que la media, no era nada en comparación con arriar vacas y ovejas, a 17 grados bajo cero, en sombras, a veces perdido en el centro de miles de hectáreas confiado en que su caballo lo guiaría de regreso.
Una residencial donde tenía que limpiar el piso, hacer la cama y lavar y planchar la ropa interior de algunas profesoras era una tarea menor en el largo estilete de su carrera como gaucho.
Su vida no fue fácil. Tampoco de la sus hijas que contra toda opinión de sus mejores amigos, partieron a estudiar profesorado básico a Santiago. Título te van a traer. La panza llena de huesos, guaso güeón, le gritaban en medio de la jornada.
Las chicas se fueron, se recibieron, tuvieron sus hijos, sobrevivieron a sus propias penurias y criaron sus hijos. Esos hijos que ahora están en la calle Valdivia, con diez años, un día de verano de 1980, juntando billetes obtenidos con esfuerzos títanicos, quitados a empellones a la nada más rotunda que puedas imaginarte.
Pensarás que aquí acaba el cuento. Que esto es todo y final feliz. Pero no, nosotros, los chicos que fuimos, también penamos. Tres generaciones de trabajadores sacrificados no alcanza para salvarse de la pobreza ni de las carencias. Nosotros transcurrimos nuestro camino de espinas y resultó más duro de lo que creíamos.
Aprendimos, mi prima y yo a aceptar que el camino es cruel, y que aunque no lo queramos aceptar, se trata del camino, no del lugar al cual pensábamos llegar.
Con los años, ella fue y vino, hasta transformarse en Trabajadora Social. Yo me fui, volví y volví a irme para convertirme en un vendedor de humo. Una de las tantos oficios que ejercían los amigos de mi abuelo. |
|
|
|
Categoría : Mediomundo | Comentarios [3]
|
|
|
|
07 » Jun 2012 |
|
En eso estamos Ray |
|
|
Ray Bradbury encontraba el sentido de la vida y la posibilidad de una cierta trascendencia en el arte de la escritura. Era en aquel espacio solitario y un poco tortuoso donde Bradbury despejaba la X de la historia. Y de su destino.
Mientras escribo las líneas de rigor a propósito de su muerte no estoy completamente seguro de que ésta haya sido la faceta más reconocida de quien se hizo célebre publicando "Crónicas marcianas" y "El hombre ilustrado".
Resulta limitado que Bradbury trascienda sólo como un escritor de ciencia ficción al estilo de Isaac Asimov. El gran Ray era también un gigantesco inspirador, un organismo brillante, una piedra basal de la que podíamos agarrarnos cuando nos temblaba el pulso.
El artículo en "Río Negro" |
|
|
|
Categoría : Libros | Comentarios [0]
|
|
|
|
07 » Apr 2012 |
|
El Súper Huevo Listo para ser devorado |
|
|
Ayer alrededor de las 16, los maestros chocolateros dieron los toques finales a esta obra monumental que ya trascendió las fronteras. Una jornada especial para una Bariloche poblada de turistas de todo el mundo y que concluyó con un multitudinario recital de Los Auténticos Decadentes. “Río Negro” estuvo allí y conversó con la gente.
“¡Che, se cayó algo ahí!”, grita uno de los maestros chocolateros que ayer cerca de las 14 horas ultimaba los detalles del que puede convertirse en el “Huevo de Pascua Más Grande del Mundo”.
Entonces se escucha un segundo desprendimiento desde las alturas: “¿Se nos viene abajo el huevo?”, pregunta alguien del numeroso público que visita la monumental obra de chocolate. No, no pasa nada. Apenas uno de los tantos adornos cilíndricos de chocolate, por supuesto, se ha desprendido y caído al suelo. Que no “panda el cúnico” aquí seguimos haciendo historia.
Finalmente ayer cerca de las 16 el “Huevo Récord”, el “Mega Huevo”, esta escalofriante aunque dulce obra de ingeniería chocolatera, ha llegado a su término y sólo quedan dos cosas por hacer: presentarlo al Libro de Güinness y comérselo. O, mejor, al revés.
“¿Cómo piensan romperlo?”, pregunta el cronista con insospechada inocencia para sorpresa de uno de lo maestros. “¡Con una bola de metal supongo!”. El asunto es que bola o martillo mediante, el huevo será partido y repartido entre muchos.
No es una tarea tan sencilla como podría suponerse. El dichoso huevo tiene en su base un espesor de 16 centímetros (si, leyó bien 16 centímetros).
Afuera una fila de 30 personas aguarda su turno para entrar a “la nave”. Los de seguridad van dejando pasar de 6 en 6 más o menos. Y adentro, la familia, los amigos, los novios, la parejita de recién casados se asombra ante esta obra olímpica. Pero antes de llorar una foto.
“¡Misión cumplida!”, declara uno de los cocineros que participan y se aprontan para uno de los incontables retratos que se sacarán en el transcurso de la tarde.
Los andamios han quedado en el pasado. El esfuerzo de dos semanas rinde su fruto.
“Pensé que no íbamos a llegar”, le dice un maestro a “Río Negro”. Pero llegaron. Los participantes, empleados de grupo de importantes empresas locales, trabajaron hasta 12 horas por día para ver finalizado el proyecto que ha trascendido internacionalmente.
Pero Bariloche hoy es bastante más que chocolate. Al cierre de esta edición la música de “Los Auténticos Decadentes” se expandía por entre el numeroso público que fue a verlos. Y público es que lo hay en abundancia. La industria turística puede suspirar aliviada. El paraíso patagónico comienza a resurgir.
“Vinimos de Santiago, nos habían dicho lo de las cenizas pero la ciudad está perfecta, en las afueras se nota pero nos sentimos muy contentos de haber venido, todos nos tratan muy bien”, cuenta Jorge, un comerciante trasandino que junto a su familia pasea por el Centro Cívico.
“Vamos mejor que el año pasado, tenemos para dos o tres días de mucho trabajo”, dice uno de los fotógrafos que anda por el Centro Cívico abrazado a un San Bernardo de buen carácter. El hombre no puede detenerse a conversar. Su cámara dispara instantáneas para el futuro una y otra vez. Señora, llévese un recuerdo inolvidable de su visita a Bariloche.
En el aire, cálido y un poco ventoso se escucha Norah Jones. Por unas horas el Centro Cívico semeja un Aleph donde todo confluye. El punto en el que se reúnen todos y cada uno de los puntos. Porque aquí suena Norah Jones pero a la noche sonarán los Auténticos Decadentes. Y hoy Jaime Torres hará la Misa Criolla en la Catedral de la ciudad.
En otro orden sonoro, en otra escala, también es posible escuchar el ronroneo de las sierras que utilizan los escultores que descubren formas de unos enormes trozos de madera. Y los turistas disparan miles de veces el obturador de sus cámaras. Y, al fondo, el Chocolate Más Grande del Mundo se erige como una pirámide colosal, como un artilugio fugado de la fábrica del mismísimo Willy Wonka.
“No sabíamos mucho de las cenizas antes de venir, simplemente vinimos porque sabíamos que era lindo y porque queríamos estudiar español”, dice una chica de Los Angeles, California, que lleva en Bariloche dos semanas y pasará dos semanas más aprendiendo un idioma que, curiosamente, ya domina bastante bien. Anda con dos amigos de Canadá que hablan un poquito menos. Che, que fácil es el español.
Ellos, como otros miles que andan por acá asisten divertidos al espectáculo que ofrece Bariloche durante Semana Santa.
Los chicos norteamericanos que han hecho miles de kilómetros para adentrarse en el mítico territorio de la Patagonia, ignoran la malaria y la tristeza de los meses anteriores cuando al Puyehue se le dio por darnos una lección de geografía.
Pero, como dicen aquí; lo peor ha pasado. Este es un momento único después de tanta pálida. Por eso la hiper actividad y la sensación de que el otoño es más bien una extraña primavera.
Bariloche se relaja y disfruta.
Claves de Semana Santa
2x1
Algunos comercios de ropa y algunos restaurantes están ofreciendo un interesante de “2 x 1” que viene muy bien a los bolsillos de los turistas. Además algunos comercios de ropa de montaña han rebajado su precios hasta un 50 por ciento y con un poco de paciencia uno puede encontrarse con verdaderas joyas en este rubro.
Arte y culturales
A pesar de que lo más publicitado por estas horas sean los recitales gratuitos para un público multitudinario (Lo Auténticos, Axel, Miranda, Jaime Torres en la Catedral), Bariloche ofrece por estas horas una extensa y rica agenda de actividades culturales en el centro y en los kilómetros. Son varios los sitios de internet donde pueden averiguarse por los espectáculos, sus horarios y precios. Del teatro a la música pasando por exposiciones de diverso orden. Sin desperdicio.
Políticos dulces
No es una postal tan habitual: ver a intendentes, senadores y vices entre la gente, saludando y visitando un Súper Huevo de Chocolate. Pues, por estos días, algo de esto ha ocurrido. Ayer, por ejemplo, el senador Miguel Pichetto, junto al intendente Omar Goye y el secretario de Turismo de Bariloche, Vicente Búa, estuvieron charlando con los maestros chocolateros y luego permanecieron un buen rato parados en el Centro Cívico, mezclados con turistas y demás habitantes de la ciudad. |
|
|
|
Categoría : General | Comentarios [0]
|
|
|
|
Anterior 1 2 3 4 ...159 160 161 Siguiente |
|
|
|