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10 » Jul 2013 |
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Nuestros hijos |
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Los hijos son nosotros sin ser nosotros. Todo esto pienso mientras Soledad me pregunta con cierta prudencia en la voz cuantos tengo. No quiere sonar, hum, incorrecta. Lo aprecio. Sé que los hijos son una prolongación. Una conjetura difícil de explicar. Es un alivio que resulten diferentes. Parecidos pero otros. Llevan algo nuestro hacia el futuro donde los espera lo incierto. El final de los mapas que conocemos. No iremos, los padres, no iremos hasta allá, pero nuestros hijos si. Con su nombre y su apellido, con la carga de la historia que les legamos. Si somos sabios, si tenemos suerte, nos recordarán. Como yo recuerdo el nombre de mi padre, ese nombre estrambótico, Saturnino Andrade. No soy el último pero sí uno de los pocos que lo recuerda hoy. Llegará el día en que ya nadie recuerde quién fue o qué hizo o cuándo estuvo. Lo mismo ocurrirá conmigo. Un día, una noche, se irá de la faz de la tierra el único ser capaz de pronunciarme. Cuando nuestro nombre sea olvido no habrá dios. No habrá palabras. Me imagino que a cada momento alguien es olvidado para siempre, por toda la humanidad, por toda la eternidad. Aquel tipo que leía el diario en un café. El que vendía pan. No sé. Alguien. Los hijos compensan la limpidez del infinito. Cualquier cosa prolongada en el tiempo se vuelve nada. |
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Categoría : Poemas | Comentarios [2]
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Los hijos también son. |
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Por : Elia | 30 » Jul 2013 | 01:38 am | Email
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Los hijos también son perdones inexplicables, tristezas inevitables y el más misterioso amor conocido. |
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mi ojo |
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Por : jose alberto muñoz | 05 » Sep 2013 | 03:10 pm | Email
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eses totalmente cierto lo incierto que les espera a nuestros hijos en el futuro y tambien que son una prolongacion, es un ensayo muy aproximado de lo que siento sobre mi padre y joaquin mi hijo. |
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