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Un texto publicado en el muy buen blog "Memorias del vino" de Nicolás Visnevetsky.
Era muy joven. Y eso debería disculparme en más de un sentido de mis pecados de entonces. Bebía a paso firme con peligro inminente de transformarme en un borracho con todas las letras. También escribía. Dos factores que, suponía yo, me habilitaban a creerme la gran cosa. Hemingway era el cielo, y nada podía detenerme.
Sin ayuda, o con la meritoria, triste y feroz ayuda de los años, entendí que dos más dos no son cuatro si hablamos de literatura, bah, de arte en general.
El artículo completo en "Memorias del vino" |
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