Medio Mundo
15 » May 2024
Diario Río Negro
www.rionegro.com.ar
Editor Responsable
Claudio Andrade
Chic Money!
 
  04 » Oct 2011
Cuentos nocturnos para chicos malos
  Césare, el ogro (primera parte)

Césare era un ogro. Todos en el barrio le decían así porque efectivamente era un ogro. La banda de pibes que pululaban por allí, en verdad, no le faltaban el respeto por gritarle, encaramados a los árboles más altos y por lo tanto más seguros: “¡ogro y la repu...!” Porque Césare representaba la figura de un ogro con todas y cada una de las letras correspondientes. Medía 2 metros o mucho más. Levantaba pesas, iba de trekking los fines de semana, hacía flexiones de brazo parado, digo, parado al revés, y esto después de haber trotado 10 kilómetros. Su casa, una hermosa construcción de madera, había sido diseñada y levantada por él mismo tiempo atrás. Porque el ogro un día vino al barrio, instaló una casa rodante en un terreno pelado y meses después, ¡zas!, apareció una chalet con todos los chiches.
Al principio, debido a su aspecto de personaje fugado de un cuento de los hermanos Grimm, pensábamos que se trataba de un típico ogro de película, de esos que parecen malos pero que al final de los finales son buenos. Pero no, con Césare no había finales felices. Con Césare todos los finales resultaban una porquería. Aunque tampoco le quedaba el adjetivo “malo”. Me refiero a que no era un terrorista. Ni un bandido. Pero, por ejemplo, si tu pelota caía en su jardín del frente, cerca de su puerta, salía disparado a la velocidad de un rayo, como esos corredores musculosos que hacen los 100 metros planos en 9 segundos y milésimas y se quedaba con ella. !Otra más!, exclamaba y se metía a su guarida a pura carcajada. A la tercera pelota nuevita un día le dijimos a mi papá que le reclamara a Césare, que hiciera algo al respecto, que impusiera autoridad. Mi padre, con su cara de acólito de Gandhi, golpeó su puerta y desde dentro sólo se escuchó un horripilante aullido. El dolor que puede transferir un vampiro hambriento y atado. El grito salvaje y huérfano de Frankenstein en el Polo Norte mientras un puñado de marineros lo observan partir hacia las blancas dimensiones de la eternidad literaria. Mi padre se puso pálido, dio media vuelta como un soldadito mecánico de hojalata y nos compró una pelota flamante bajo la advertencia de que tengamos más cuidado la próxima vez. Césare, estoy seguro, se rió de nosotros por la noche con otros aullidos semejantes que ya no escuchamos porque estábamos bien dormidos.
 
Categoría : General | Comentarios [2]
 
 
Comentarios
  Césare?
  Por : Sa. | 04 » Oct 2011 | 10:51 pm |
  Me encantó. Me parece que lo conozco hace rato a este Césare...
Quizás el finde tomemos algo juntos.
  :)
  Por : E.... | 19 » Oct 2011 | 02:05 pm |
  Muy Bueno..... esta lleno de Casare....!!! jajaja....!
 
 
Agregue su Comentario
 
Título

Comentarios

Nombre

Direccion de Email (Opcional)

Página WEB (Opcional)

Código de Seguridad

Ingrese el Código de Seguridad :



 
AL CONCIERTO DEL AÑO VOY[8]
Cine[160]
Entrevistas[17]
Festival Internacional de Percusión[1]
Fotos[1]
Frases[5]
General[152]
Libros[114]
Mediomundo[41]
Música[108]
Naoko[12]
Plan B[4]
Poemas[85]
Teatro[3]
Televisión[16]
Valle de los Músicos[7]
VALLE DE LOS MUSICOS II[4]
VALLE DE LOS MUSICOS III[5]
Tesoro en las sombras
Nuestros hijos
No soy
El blues del cowboy bailarín
Libros
Escrito
La piel del gato salvaje
Delgada capa de amor
Encuentro con mi nieta
Click en el cielo
Agosto 2008 [74]
Julio 2008 [124]
Junio 2008 [67]
Mayo 2008 [36]
Abril 2008 [29]
Marzo 2008 [36]
Febrero 2008 [37]
Enero 2008 [60]
Diciembre 2007 [50]
Noviembre 2007 [71]
Octubre 2007 [111]
Septiembre 2007 [106]