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¡Buaaaaahhh, qué romántico!
La vida es una cruel ironía. Dos chicos se enamoran, se apasionan hasta los tuétanos el uno con el otro. Luego se separan, ya saben, los padres, los estudios, las diferencias sociales. Uno va y vuelve de la guerra, el otro hacia un destino de lujo y protagonismo. Cada cual se auto revindica, uno con una vida romántica y adecuada, el otro remodelando una vieja casa colonial. Pero al final, siete años después de ese amor de verano, ninguno sabe muy bien quién es: para estar completos les falta el otro.
“Diario de una pasión”, Nick Cassavetes es una de las películas más románticas que haya visto jamás. Lloré, me aferré a mi pañuelo de viuda con furia y, después de todo, me entregué a los sueños. El verdadero amor se parece mucho a lo que estos chicos hicieron con su historia. Su ficción dignifica la realidad.
El lado femenino de Rob
Rob Schneider es un cómico diferente. Como lo es también su amigo Adam Sandler con quién comparten pequeños guiños cinematográfico a lo largo de sus películas. De modo solapado ambos aparecen en la obra del otro. Scheneider es un actor nada pretencioso pero que con esta rara forma de humildad actoral que lo caracteriza consigue cuotas de comicidad de alto vuelo. Su obra es alternativa, a veces extraña y un poco retorcida. Todo esto para decir que me resulta muy gracioso.
Dick and Jane
Podría asegurar que este es el mejor Jim Carrey que he visto. Su delirio mental se hace carne en una comedia que roza la estupidez más entretenida de la época. El momento en que toma como rehén a un ex jefe y se burla de él haciendo sonidos deformados con la voz es definitivamente una maravillosa locura a lo Carrey. Con Tea Leoni, que está muy bien. |
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