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Los poemas de amor están condenados a nacer estériles. Las más de las veces tienen una dedicatoria que no alcanzará su propósito: conquistar el alma del otro. No siempre, claro. No siempre.
Tengo acá un poema dándome vueltas la cabeza. Es de amor, que si no.
La noche en que
Permaneces despierta
Y miras el techo
Y sueñas que vives
otras vidas
Que te fugas
Que creces
de otro modo
Que encuentras dónde,
Con quién, para qué
La noche
En que te sabes extraña
Bella
Perdida
Esa noche
Yo pienso en vos
En la luz que emanas
En la aventura de estar juntos |
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