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La historia siempre es la misma y no por eso deja de resultar seductora para los que, como este cronista, son fanáticos del cine de terror. Un grupo de jóvenes explora un territorio desconocido donde pasarán unas alegres vacaciones o un momento de distorsión. Su fastuosa candidez sólo es equiparable a la crueldad que los espera al final de la ruta.Los ejemplos en el cine del género son abundantes aunque no originales. Algunos de los más recientes son "La casa de cera", "Hostal", "Alta tensión", "El descenso" y, una que acabo de ver, "Shrooms", de Paddy Breathnach, acerca de unos chicos americanos que viajan a los bosques de Irlanda para probar hongos alucinógenos.
Mediomundo |
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