El Apocalípsis (o algo muy parecido) ha ocurrido ya. La Tierra es una geografía dominada por la violencia de poderosas fracciones. Vuelven las espadas. Tan o más poderosas que los láser y las armas de fuego. Vuelven los ninjas. Los samurais. Los señores feudales. Los príncipes y los mendigos de un reino difuso. El paroxismo de cada día es el filo de una espada reflejando la luz solar. El honor y la ferocidad son un sólo conjuro que se resuelve sobre la cabeza del oponente. Luego el crack de los huesos. El swizzz del metal milenario atravesando nervios y carne. Nada es para siempre. Ni siquiera este territorio lleno de sueños perversos. La heredera de una tradición, Yuki, hoy una simple mercenaria de la organización, descubre a través de un viejo maestro las verdaderas circunstancias en las que murió su madre. Así inicia su venganza con la propia banda a la cual pertenece: Takemikazuchi.
Fuerzas poderosas la acompañan.