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27 » Mar 2008 |
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Chantal Sébire |
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Chantal Sébire tendrá su película. Tarde o temprano un estudio pedirá el guión a su escritor favorito y convocarán a una actriz de renombre que quiera interpretar el papel más difícil de su carrera. No será exactamente su historia, porque todos sabemos que Hollywood tiene necesidades que no pueden esperar. Al menos nos impregnaremos de su dolor y de su deseo por ampliar la discusión acerca de la eutanasia.
Chantal Sébire padecía un tumor inoperable que le terminó deformando el rostro hasta transformarla en un monstruo. Hacia el final de su vida, su presencia podía dejar estupefacto aun a quienes eran sus familiares. Chantal parecía haber sido dibujada por el lapiz cruel de un artista borracho. Uno de sus ojos se había extrapolado y permanecia lleno de una furiosa pigmentación roja. Su nariz era un bulto ancho y sin sentido. Ya nada quedaba de la maestra de 52 años que otrora tuvo una sonrisa dulce y algo melancólica.
Chantal le había solicitado al Estado francés ayuda para quitarse la vida. Pero la petición le fue denegada al no haber un marco legal propicio para tal fin. Con esta petición Chantal Sébire buscaba más que nada llamar la atención sobre una discusión ética y profesional que requiere riguroso análisis: de cuando la vida se transforma en un horrible pesadilla de la cual el protagonista no puede despertar.
Hemos sido testigos de ciertas películas que reflejan en parte este drama. Recuerdo ahora mismo “El hombre elefante”, de David Lynch. Una clásico del cine contemporáneo que tal vez la propia Chantal vio siendo joven.
Antonio Escohotado escribió en su libro"Retrato del libertino": "La lección de los antiguos, que nosotros podríamos transmitir a nuestros hijos, es no detenerse en miserias hipocondríacas y custodiar la muerte como garantía perpetua de una vida libre".
En tanto que el filósofo rumano Cioran, quien pacedió una larga enfermedad, dijo en uno de sus libros: "Podríamos decir que, gracias a los progresos de la medicina, una buena parte de los hombres ya no muere de muerte natural. Nuestra existencia es prolongada artificialmente, el combate contra la muerte se alarga. Es muy inhumano".
Las fotografías de Chantal, que hoy pueblan la red como la manifestación real de algo que bien podría ser un comic, no alcanzan a transmitir el dolor psicológico por el cual pasó esta mujer, así como tampoco los tremendos padecimientos físicos que soportó hasta el día de su muerte.
"Quiero irme rodeada de mis hijos, amigos y médicos, festejando el viaje antes de dormirme definitivamente al alba", dijo Chantal Sébire.
Un dosis letal de barbitúricos se la llevó, la noticia fue comunicada horas atrás. Quizás hoy pensemos en otros seres humanos que también sobrellevan su cruz. Unos meses antes de que la película llegue a las mejores salas. |
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