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12 » Mar 2008 |
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Más besos |
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Adelanto del Mediomundo del jueves.
Atardecía en el campo. Entonces los veranos eran cálidos y los inviernos duros. Todo estaba en su lugar. Su cuerpo delgado se balanceaba en el columpio. Era una chica y yo un niño frágil, amante de los caballos. Jugaba con mi admiración. Era tan obvio que estaba prendido de su aire de ciudad, del color perfecto de su piel y de su traje beige que dejaba al aire sus muslos de arcilla. Yo no decía nada, y ella sólo cantaba y de a salpicones se reía. Parecía haberse vuelto loca pero, en el fondo, estaba feliz de ser quien era. Tan llena de vida. Maravilloso proyecto de mujer. Se impulsó con fuerza y de un salto felino se puso junto a mi. Me besó en los labios sin pretextos. Como si no lo hubiera pensado un segundo antes. Mi boca naufragó en su boca y mis pensamientos me llevaron muy lejos de allí. Donde el sol comienza. |
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Categoría : Poemas | Comentarios [0]
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