Como el Coyote y el Correcaminos, como Tom y Jerry, como Bono y Edge, como Martin Scorsese y Robert de Niro, como Elvis y su jopo, como Jagger y Richards, como B.B. King y su guitarra Lucille, como Sonny Crockett y Rico Tubbs.
Pero también como James Dean y su cigarro, como Abott y Costello, el Gordo y el Flaco, Homero y Bart, Cocodrilo Dundee y su cuchillo, el Chavo del 8 y Quico, nosotros -Gustavo Nori y Claudio Andrade- aunque no queremos ser menos pero tampoco podemos hacer mucho más, nos incluimos de “prepo” en una lista de leyendas.
Dos contra el mundo y a favor de los 80. Epoca bendita. Década de nuestros sueños y de algunas de nuestras pesadillas juveniles. El momento en que dibujamos nuestras vidas con un lápiz sin saber que con el tiempo las borraríamos con el codo acaso para comenzar una nueva aventura. Pero qué importa. Los 80 fueron gloriosos y no estamos dispuestos a dejarlos ir así como así. De modo que al igual que unos super héroes de cotillón a los que el traje les queda grande y la “pelada” se les vuelve más que incipiente, hemos decidido salir de las sombras para defender con uñas y dientes -los que nos quedan-, los 80.
Imaginamos que no estamos solos en está cruzada, que muchos otros disfrutaron de Miami Vice, Soda Stereo en la época de “Nada personal”, se aterraron con el primer “Terminator”, y se volvieron un poco locos. Ellas, levantando hasta el cielo el pelo de cada día (brushing furiosos). Ni que decir de los chicles Bazooka, los jeans Levis, los primeros relojes con jueguitos y cronómetros Texas Instrument y las canciones de... ¡Michael Jackson!.
Los 80 fueron los mejores. Este no es el punto de discusión sino el lugar desde el cual queremos comenzar.
Vamos haciendo memoria que nosotros estaremos aquí para darles la bienvenida al club.
Quien no tuvo ganas de estar por un momento (en los 80') en Miami, calzar una remera tipo americana, saco sport con pantalones pinzados al tono, subirse a una Ferrari Testarrosa blanca y salir al palo por la Avenida Collins.
Si no sabes de que te estoy hablando, chequeá
El éxito y la fama todo lo puede. Este dueto hizo posible que en pleno estrellato Don Johnson sacara no un disco sino dos (Heartbeat -1986- y Let it roll -1988).
Y las bondades de esta fórmula nos permitió disfrutar de este temazo
PD: el increíble poder de la fama, la única manera de que Don Johnson cantara. Lo más cerca que estuvo de la música fue cuando salió con Barbra Streisand.