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17 » Mar 2010 |
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Otra buena!!! Industria nacional |
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Jóvenes universitarios de la norteña provincia argentina de Salta crearon un programa que permite abaratar cerca de un 75 por ciento el costo de envío de los mensajes de texto (SMS) por teléfono móvil a nivel nacional, mientras que el ahorro es mayor en mensajes hacia o desde el exterior.
El programa Okeyko ya tiene unos 9.000 usuarios en Argentina, México y España y sus creadores recibieron ofertas para aplicar su sistema en Europa e India, informó el diario "Clarín".
El creador del sistema, Gerardo Cabero, explicó que Okeyko dirige los mensajes como pequeños paquetes de datos a través de Internet, y el único costo que genera es el que cobra la operadora celular por el tráfico de esos datos. Según sus estimaciones, con un megabyte se pueden enviar más de 4.000 okeykos.
El programa requiere la instalación de un software gratuito tanto para enviar como para recibir los textos, que es compatible con el lenguaje Java, y requiere una línea que tenga habilitado el tráfico de datos. Por ahora no es compatible con celulares BlackBerry, iPhone y cualquiera que use el sistema operativo Android.
La diferencia con el sistema de SMS es que el teléfono no alerta cuando ha llegado un mensaje, ya que el usuario primero debe conectarse al servidor del servicio para verificar si ha recibido nuevos mensajes.
Los textos de Okeyko pueden también enviarse o leerse desde el sitio del servicio en Internet, y no van dirigidos a un número telefónico, sino a un nombre de usuario, por lo que un cambio de número de celular no afecta el uso.(DPA) |
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Categoría : Lo que viene... | Comentarios[2]
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11 » Mar 2010 |
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Muchas manos solidarias para construir "un techo propio" |
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Con mucha energía e inmensas ganas de ayudar, diez estudiantes universitarios de Buenos Aires llegaron días atrás a Roca y, como no podía ser de otra manera, fueron recibidos con los brazos bien abiertos. Es que vinieron con el único objetivo de colaborar con sus propias manos en la construcción de veinte viviendas ubicadas en la ex toma de Chacra Monte y así cumplir el sueño de la casa propia de muchos vecinos de esta ciudad.
Se trata de un grupo de jóvenes egresados del colegio Del Salvador, que siendo alumnos de la escuela viajaban a distintas ciudades de Río Negro con el fin de realizar trabajos solidarios, en el marco de un programa ejecutado por la Asociacin Civil “Un techo para mi hermano”. Esta entidad trabaja desde hace más de veinte años colaborando para que miles de familias consigan tener un hogar propio y hace trece mantiene un convenio con el colegio católico.
Pero si bien ya finalizaron sus estudios secundarios, estos jovencitos siguen transitando el camino de la solidaridad y cada año llenan sus bolsos de ropa y emprenden un viaje hacia alguna localidad de la provincia para “darle una mano” a gente que lucha por tener una casa.
Para poder venir a la región los chicos tuvieron que realizar rifas y cenas para juntar dinero y así cubrir parte del gasto de los pasajes. “Trabajamos todo el año para estar acá, ya que tuvimos que hacer muchos eventos para juntar dinero”, contó Fermín, uno de los jóvenes, cuyas edades no superan los 21 años.
También deben relegar días de vacaciones y hasta perderse horas de cursado en la facultad. Pero esto tiene su recompensa, ya que “es muy grande la devolución que te dan, porque las personas valoran muchísimo lo que hacemos y nos dan hasta lo que no tienen”, agregó el joven.
Durante los días que estuvieron en la ciudad hicieron de todo: entre otras tareas, cavaron pozos y enterraron grandes cámaras de cemento, que constituyen la red cloacal del lugar. “Si hiciéramos este trabajo todo el año, terminaríamos fusilados”, bromeó uno de ellos, mientras trasladaba tierra con una pala.
Durante su estadía, los jóvenes ayudaron mucho a un grupo de mujeres que vienen trabajando a destajo hace casi un año, en busca de un sueño: vivir en una casa digna, en donde no tengan que padecer el frío en invierno ni las goteras en los días de lluvia.
“Fue una alegría enorme que nos vinieran a ayudar, más que nada porque nuestros maridos trabajan en las chacras y no están en todo el día, así que tenemos que trabajar nosotras en las edificaciones”, indicó Marianela. “La verdad que son muy buenos, porque ayudan y se nota que tienen ganas de colaborar con los demás”, añadió la mujer y dijo que “si todo sale bien, en abril ya tendremos terminadas las casas para poder mudarnos”.
Los muchachos se fueron el sábado pasado y estuvieron trabajando más de ocho horas por día durante una semana. El sentimiento de solidaridad que tienen es tan grande como su compromiso hacia la sociedad. Esto, según aseguran, los enriquece como personas. “Cada vez que viajamos a realizar una ayuda de este tipo, es mucho más lo que nos llevamos que lo que dejamos”, confesó Fermín.
Por Nicolás Malpede |
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Categoría : Historias...sin apellido | Comentarios[0]
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