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Los estudiantes son los portagonistas en un proyecto de tutorías que se implementará en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. El programa está liderado por docentes de una cátedra de primer año – Taller de Comprensión y Producción de Textos I-, quienes coordinarán a ayudantes alumnos para que se desempeñen como tutores.
De esta manera, a cada ingresante de la Licenciatura o el Profesorado en Comunicación Social se le asignará un alumno más avanzado en la carrera que se ocupará de escucharlo, ayudarlo y orientarlo en sus decisiones. El primer rol de los tutores es el pedagógico, destinado a facilitarle a los chicos su proceso de adaptación a la vida universitaria. El segundo es el de investigación, que tiene como fin conocer los motivos que hacen que los jóvenes abandonen los estudios.
El proceso es aún muy incipiente y no ha tenido resultados concretos. Pero no es un caso aislado: otras unidades académicas platenses, como la de Derecho, ya han avanzado en este tipo de programas que también se llevan a cabo en otras universidades como la de Buenos Aires y la del Comahue.
Los alumnos que ingresan a la Licenciatura en Turismo de la Universidad Nacional del Comahue ya tienen un sistema de tutorías bastante estructurado. Se trata de un programa de clases extracurriculares basado en ciertos ejes como toma de apuntes, técnicas de estudio, organización de horarios y clases de apoyo en las materias troncales de la carrera. En este caso, no se da la relación personalizada que busca la facultad platense pero sí se trata de ayudar a los alumnos en algunos aspectos que cambian en el paso del secundario a la educación superior.
Las características concretas varían según la realidad de cada casa de estudios y las exigencias de la carrera que lo implemente. Lo más importante de este programa no son esos detalles sino la voluntad de proponer una universidad más inclusiva. De este modo, la educación superior trata de alejarse del mito de los alumnos tratados como un número para empezar a pensar estrategias que retengan a los jóvenes en la institución.
El detalle fundamental, en el caso platense, es que los tutores no son empleados que cobran un sueldo para desempeñar esa función. Por el contrario, se trata de alumnos que se han destacado en la carrera y que trabajarán ad honorem, motivados por la creencia de que la Universidad no tiene que ser reservada para unos pocos.
Las tutorías son un ejemplo de las estrategias que buscan una universidad inclusiva desde la alianza, la cooperación y la construcción, y no desde el enfrentamiento. |
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