La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) sigue obstinada en generar nuevas alternativas que garanticen la permanencia de los alumnos en la educación superior. No satisfecha con el descuento de transporte colectivo urbano, las becas de ayuda económica y la guardería para los alumnos que tienen hijos, decidió apostar a un beneficio más innovador.
Así fue como esta casa de estudios se transformó en la primera universidad del país en implementar el programa “La Bici Universitaria”. El proyecto consiste en la adquisición de 500 bicicletas, que serán entregadas en comodato a aquellos estudiantes que tengan necesidades de transporte, y está basado en una idea que ya fue implementada –en menor escala- en la Facultad de Informática de la UNLP.
En pos de generar seguridad, las bicicletas -250 con cuadro de hombre y otras 250 de mujer- se ofrecerán a los alumnos que las soliciten, junto con un casco y una cadena con candado. La Universidad contará también con “un seguro contra accidentes y de responsabilidad civil para los usuarios”, según trascendió en la
página web de esta casa de estudios.
Tal vez la mayor desventaja de las bicis universitarias, que comenzarán a entregarse en junio, es el largo y engorroso proceso que hay que atravesar para conseguirlas. Los alumnos, que ya fueron preseleccionados después de la entrega de documentación, deben pasar ahora por una prueba de aptitud física y realizar un curso de humanización vial. De todas formas, se trata sólo de normas básicas que impone la Universidad para transparentar el otorgamiento de becas y no empeorar la ya complicada situación del tránsito platense.
Lo mejor del programa es que los alumnos tendrán las bicicletas en sus viviendas durante todo el cuatrimestre, lo que les permitirá moverse por la capital bonaerense sin inconvenientes y evitar largas caminatas o gastos en pasajes de colectivo. Además, esta propuesta se basa en una motivación de protección ambiental: estimular el uso de bicicletas ayuda a mitigar el calentamiento global. Mientras más ciudadanos pedaleen, menos serán los caños de escape de los automóviles que contaminen el aire con su dióxido de carbono.
La UNLP trata de desmentir aquellas voces que la definen como una institución elitista y restringida para convertirse en un espacio de inclusión, abierto a toda la población y que tenga como fin la formación plena de los individuos. Y parece que está transitando el buen camino porque cada día suma nuevos estímulos para que todos lleguen a la educación superior, ya sea caminando, en auto o en bici universitaria.