El penal dado a Brasil en el último instante del partido que el lunes empataba con Egipto 3-3, en Sudáfrica y por la Copa Confederaciones, no fue polémico por lo obvio: un penal a Brasil en el último minuto que ejecutó a la perfección kaká y le permitió ganar un partido ante un equipo mínimo, pero que se le atrevió hasta el punto de marcarle dos goles en un par de minutos y sostener el empate hasta el minuto 90.
No, fue polémico porque el penal, que existió claramente, fue sancionado por el árbitro inglés, Howard Webb, a instancias del cuarto árbitro, el australiano Mathe Breeze, quien a su vez habría visto por imágenes de la tevé cómo el egipcio Al Muhamadi, parado debajo del arco, sacaba con su brazo un remate de Lucio con destino de gol.
La pelota salió por la línea de meta y el árbitro principal marcó córner, ante el reclamo de todos los jugadores brasileños y mientras Muhamadi simulaba haber sacado la pelota con su rostro. Apenas un instante después de haber señalado el corner, Webb fue hasta la el arco de Egipto, donde aún era atendido Muhamadi, lo expulsó y señaló el punto del penal. Entonces, las protestas fueron todas egipcias. Entonces, la polémica.
¿Qué había ocurrido? Breeze le indicó a Webb vía intercomunicador, lo que en verdad había pasado: que era mano del egipcio y penal para Brasil. Todas las crónicas señalaron que Breeze vio todo por la tevé. Egipto creyó lo mismo y protestó ante la FIFA , no porque entienda que no fue penal, sino porque sostienen que el árbitro fue respaldado por la tevé y, se sabe, la FIFA no autoriza decisiones arbitrales sostenidas por imágenes televisivas. El punto es que, a modo de prueba, en este torneo la FIFA le permite al cuarto árbitro observar jugadas polémicas por un monitor, tal como hizo Breeze. El método es experimental y no está oficializado.
Ayer, tras investigar lo sucedido, la FIFA llegó a la conclusión de que Breeze no intervino y que Webb tomó su decisión tras hablar con uno de sus jueces de línea, Mike Mullarkey, que confirmó el penal "desde su claro ángulo de visión". Egipto sigue creyendo que Breeze miró su monitor y Jospeh Blatter sigue sosteniendo el “error humano”. Esta vez ocurrió en la Copa Confederaciones, pero ¿qué gracia tiene quedarse fuera de un Mundial por un error arbitral facilmente subsanable? ¿Cómo explicar que un cuarto árbitro lo ve todo por su monitor y no puede corregir al juez principal? A esta altura es una inmensa tontería.
La "zona del cuarto árbitro" está situada entre los dos bancos de suplentes, perpendicular a la línea central del campo de juego. Allí, ante una mesa, se sientan un coordinador general, un oficial de prensa, un representante del comité organizador local y el cuarto árbitro.
¿Qué hace el cuarto árbitro? Controla la cantidad de gente que se mueve por el área técnica que rodea a los bancos, las tarjetas amarillas, las sustituciones de jugadores y el tiempo adicional en los descuentos. También alerta al árbitro de jugadores lesionados o sangrando para detener el encuentro. ¿Cómo se comunican? Por un intercomunicador. ¿Para que está el televisor? Para que el coordinador general siga el partido. Muy interesante, pero absolutamente inútil.
Es hora de que Blatter explique por qué sigue dándole la espalda a la tecnología, pues su teoría del “error humano” es absurda y ya no convence a nadie.
