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17 » Aug 2008 |
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“Que momento, a pesar de todo hacemos el encuentro" |
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Encuentro Nacional de Mujeres
(Neuquén). Parque Central. Miles de mujeres recorren las instalaciones. Caras diversas, idiomas diversos. Mujeres de todas las edades. Mujeres con chicos que piden a gritos que la organizadoras habiliten una guardería. Mujeres mayores que piden algún asiento para sentarse. Mujeres en grupos, mujeres solas. Caras sufridas y caras alegres. Coyas, cordobesas, porteñas, norteñas, bolivianas, peruanas, brasileras, rosarinas, de donde quieras. Mujeres de peso, mujeres livianas pero todas, todas motivadas por renovar el compromiso de que se respeten sus derechos.
La apertura fue un caos. Al mediodía y luego de tres horas, seguían las inscripciones de las que iban llegando de todos los puntos cardinales. Un frío glaciar aceleró la búsqueda de refugios ocasionales. Debajo de los cánticos y de los empujones para conseguir un buen lugar en la largada, ronroneaba un malestar. Las tensiones políticas de la Argentina presente se hicieron sentir esta vez, adentro del encuentro.
Hasta hoy, estas disputas simbólicas y no tanto, eran marginales en los encuentros, quedaban afuera, en los tiempos muertos de los debates. Pero en esta oportunidad, el enfrentamiento entre distintas líneas políticas largaron tempranito. Visibles, contundentes.
Aun así, quienes participan hace décadas de este mega evento, no se sorprenden demasiado: “La única diferencia es que estas pujas se han recrudecido del 2001 a esta parte, donde se plantea el debate del modelo de país que se quiere”, señalan investigadoras. “Por otra parte, hay que señalar que las mujeres que participan en estructuras políticas, vienen formateadas de distinta manera. La Iglesia, como institución, también apareció con fuerza en los encuentros a partir de 1997”.
Activistas feministas de años, como la legisladora Diana Maffia, mostraron preocupación por lo sucedido. “La apertura fue un caos. Siempre lo es. Hay un caos lindo que es el del reencuentro después de un año, las delegaciones que llegan, las que no encuentran casa donde alojarse, los cánticos, la faceta divertida que siempre tenemos y estuvo el caos feo, el que provocaron grupos extremistas. La derecha está cada vez más violenta e intolerante. Sobre esto hay que alertar, para no caer en el juego de los provocadores. Hay visagras penosas a lo largo de los encuentros. En Mendoza se agredió a mujeres que participaron del encuentro, agresiones que venían de sectores fundamentalistas, pero externos al encuentro. Hoy, en la apertura hubo violencia dentro del encuentro. Si esta vez la visagra es ésta, me parece extraordinariamente peligrosa”.
El antecedente de lo que ocurrió en Neuquén, afirman sin matices quienes participan hace años del encuentro, fue el realizado el año anterior en Córdoba, precisamente en la Asamblea donde se debatió el derecho al aborto legal. “La asamblea fue patoteada y violentada por grupos.”
La apertura señala el momento de definir el temario que se debatirá. Allí hubo tironeos.
Ruth Zurbriggen de La Revuelta feminista, calificó de “lamentable” lo sucedido. Luchas históricas de las mujeres se enmarañan con discusiones políticas. Esto ocurre desde siempre y aun en las instancias de organización. “No estamos de acuerdo con aquellos que aprovechan los encuentros para introducir sus luchas políticas, las que no tocan a los temas que interesan a las mujeres. En el encuentro buscamos respirar un aire antipatriarcal. De modo que hoy, presenciar que era difícil leer el documento de apertura, no fue muy bueno. Algunos partidos de izquierda venían planteando que Neuquén tenía que marcar un punto de inflexión. Tenía que diferenciarse de los otros encuentros. Pero si lo que queda es este tipo de encontronazos, entre facciones políticas, eso habla no de las miles de mujeres presentes y sus problemáticas, sino de miserias de la política y de minúsculos grupos dentro de la política. Nosotras luchamos y creemos en otras formas de hacer política, no masculinista, no patriarcal, no violenta.”
Estos encuentros, afirman las organizadoras, tienen que servir para contagiar a las mujeres locales. “Es muy difícil olvidar la experiencia de estos encuentros, es sumamente positivo para otras mujeres que, mediante ellos se ponen al corriente del movimiento, de las luchas que encarnamos. Muchas mujeres por fin entienden que “nos tienen miedo porque no tenemos miedo.”
Entre los incidentes políticos de la mañana se señaló la fuerte presencia de publicidad que, con sello oficial de la provincia de Córdoba, sentaba posición en torno al tema de la semana: aborto y la prohibición de entregar la píldora del día después en hospitales públicos. “La derecha, la iglesia y el gobierno de turno se organizan para tener presencia en los encuentro de mujeres, afirman representantes de la delegación de mujeres de Córdoba. Estas organizaciones disponen de mucho dinero y de dinero del estado para hacer este tipo de intervenciones. Pasó el año pasado en Córdoba y esto pasó hoy en Neuquén. Encontramos en las calles afiches de los grupos antiaborto con sello del gobierno de Córdoba. La justicia cordobesa también participa en estas batallas con sentencias como la de días atrás: un fallo prohibió la distribución en hospitales de la pastilla del día después. Una vez más atentan contra los derechos de las mujeres, de las mujeres pobres, fundamentalmente, las que realmente lo necesitan.”
“La experiencia de los encuentros- agrega Maffia- es el consenso. Sostener aquello que permite el disenso, pero después el abrazo.” Resolver los conflictos violentamente es una forma patriarcal de hacerlo, recordaron cientos de mujeres convocadas ayer en Neuquén.
Miles de mujeres, en decenas de talleres debatirán a lo largo de tres días, y discutirán estrategias a favor de sus derechos. Este es el objetivo fundamental, lo demás es algo armado por los que quieren retardar o frenar las conquistas de las mujeres. Que no se empañe. Que no se dejen empañar. |
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Categoría : Actualidad y Opinión | Comentarios [1]
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sin querer queriendo |
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Por : margarita | 20 » Aug 2008 | 12:03 am |
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aborto es igual a muerte de un inocente y desgracia para la pobre mujer que sin querer queriendo lo mató
¡cuanto dolor! |
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