Sobisch lleva recusados cuatro jueces al hilo: el que instruye la causa de la zona liberada y los tres camaristas que deben resolver esa recusación. Y me parece que esto recién empieza.
Alfredo Elosu Larumbe fue el primero. A él no sólo lo recusó: recordarán que el día de la indagatoria lo dejó con la mano tendida mientras sus disciplinados (gracias otra vez por el adjetivo) seguidores se encargaban de cubrirlo de insultos.
Elosu Larumbe rechazó la recusación, por lo que su destino al frente de la causa quedó en manos de la Cámara de Apelaciones. Pero Sobisch recusó a los tres intengrantes (Rimaro, Varessio, Trincheri) porque supuestamente adelantaron opinión en su contra al resolver otra recusación, la del anterior juez que tenía la causa. Aquí está el post que publiqué en ese entonces, con el fallo en cuestión.
¿Realmente cree Sobisch que estos jueces, casi todos ellos marcados a fuego por su gobernación, no son imparciales?
No importa. Su objetivo es otro.
Está más claro que nunca: el objetivo de Sobisch es llegar al 10 de diciembre. Y si para esa fecha no encontró un juez que decrete la nulidad del requerimiento fiscal y del llamado a indagatoria, cuestión nada improbable, discutirá por otra vía la prescripción de la acción penal por el paso del tiempo. Tal cual fue anticipado en agosto en el blog.
Aquí van unas mínimas claves para entender la situación:
El delito del cual se lo acusa en la causa de la zona liberada, abuso de autoridad, tiene una pena máxima de dos años. Ese es, también, su plazo de prescripción.
El reloj comenzó a correr a favor de Sobisch desde el día en que dejó la función pública: 10 de diciembre de 2007. El próximo 10 de diciembre se cumplen los dos años.
Por eso Sobisch está tratando, a través de sus abogados, que algún juez anule ese llamado. Si el requerimiento y el pedido de indagatoria son nulos, el llamado también lo es. ¿Se acuerdan de lo que dijo en su escrito? “No consiento este acto”.
Así que seguirá intentando que esta causa prescriba. Como viene intentando desde 2003 que quede firme su sobreseimiento en la causa de la cámara oculta, y como viene intentando desde este año que no lo imputen en la causa Fuentealba II.
Hasta ahora no le va bien: el juez Alfredo Elosu Larumbe rechazó el planteo de nulidad, al resolver el incidente que formó antes de ser recusado. Pueden leerlo aquí. No sé ustedes, pero yo le encontré un tonito de respuesta a la conferencia de prensa de Sobisch, que habla más en la calle que en los tribunales.
Y de paso…
Ya que se está discutiendo tanto (y en buena hora) sobre el perfil del juez, aquí tenemos una experiencia en tiempo real que nos dirá dónde está parado el Poder Judicial neuquino.
En mi criterio, se prueba más la independencia, el temple y los conocimientos de magistrados y funcionarios cuando tienen que vérselas con el poder real que en cualquier otra situación.
Los últimos años nos dejaron varias enseñanzas en ese sentido.