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06 » Jul 2009 |
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Justicia sin ministro |
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La Casa de Gobierno está repleta de rumores. Que Pérez se queda con Desarrollo Social; que suprimen o bajan de categoría a Justicia, que tal o cual viene a Seguridad…
Vamos a asomarnos a esta hoguera con el propósito de distinguir llamas de humo, arrojemos un poco del combustible de la historia que siempre aporta luz al calor, y todo eso sin quemarnos en el intento.
Que César Pérez se quedará sólo con el ministerio de Desarrollo Social nadie lo discute. Falta ponerle la fecha.
Lo entretenido es la cantidad de versiones que circulan sobre quién ocupará su lugar en la amplia y heterogénea cartera de Seguridad, Justicia y Trabajo.
El gobernador Sapag no suele tomar decisiones al contado, así que quizá haya que esperar un tiempo.
Una de las versiones menciona la posible supresión del ministerio de Justicia o su reducción a secretaría.
En la época sobischista, tan crepuscular para las instituciones, el área de Justicia no tenía relevancia dentro del organigrama de gobierno. Para qué, vale preguntarse, si los timoneles del operativo copamiento controlaban desde otros puestos.
Sobisch fue quien en 2003 pergeñó el ministerio de Seguridad y Trabajo, extraña combinación difícil de encontrar en otros gabinetes, y se lo dio a manejar a un contador que venía de chocar el Banco Provincia. Cuando el contador se fue no corrigió sino que profundizó, y lo reemplazó por una contadora.
Sapag no desmontó esa singular estructura aunque le agregó Justicia, porque en las primeras hojas de su plan de gobierno figuraba desprenderse de lo más impresentable del Tribunal Superior.
Puso allí a César Pérez, un casi desconocido abogado del que sólo se sabía que había perdido una interna para ser candidato a intendente en Plaza Huincul. (Aquí está el gabinete de Sapag según la página oficial aunque cuidado, sigue figurando un ministro que ya renunció).
Con el tiempo Pérez fue ensanchando el espacio que ocupa. Hoy expresa el pensamiento de Sapag acaso como ningún otro miembro del gabinete.
Y hoy Justicia vuelve a perder importancia en el esquema de gobierno porque el cambio que quería Sapag ya se hizo, y lo que venga será producto de otra dinámica histórica.
A qué sótano de la consideración habrá bajado la cartera de Justicia que se menciona como uno de sus posibles ocupantes a Hugo Acuña, el subsecretario que anunció el primer y único ataque bacteriológico de la historia de Neuquén, no reconocido de manera oficial como precedente de la pandemia de gripe A.
Se menciona también a Alicia Comelli, quien en su momento apeteció ese ministerio aunque ahora ella niega haber recibido una oferta.
Dicen quienes conocen la intimidad del palacio que la diputada nacional seguirá en su residencia provisoria en el Congreso Nacional mientras Sapag mantenga la suya en Roca y Rioja de Neuquén.
Si uno observa las preocupaciones más urgentes que acosan al Poder Judicial neuquino, parece que le hace más falta tener como interlocutor a un economista o a un ingeniero civil, o un arquitecto o un agrimensor.
Durante el crepúsculo sobischista el Poder Judicial se convirtió en una agencia de empleo cruza con empresa de bienes raíces, por más que haya mantenido viva la llama de las reformas procesales para entretener a la audiencia cuando no para acallar reclamos corporativos.
Por ahora el gobierno delegó el manejo de los temas judiciales en manos de un médico, el diputado oficialista José Russo. Su prédica de nueva tierra luce agotada al menos en este campo. Y eso que queda mucho por hacer: están en marcha pedidos de jury para algunos magistrados y funcionarios; de reforma del Consejo de la Magistratura; de los Códigos Procesales.
Esta historia continuará.
(G.B.) |
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Categoría : Gobierno | Comentarios [0]
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