“Aquí está hablando un hombre político y un gobernador que no es inocente. La responsabilidad de no actuar de la policía de la provincia tiene un nombre y apellido y un responsable, que nadie se confunda, se llama Jorge Sobisch y es el gobernador de la provincia que le ha dicho al jefe de la Policía y a sus colaboradores que no actúen cuando yo creía que estaba en riesgo la paz social. Y si alguien cree que esa orden no se condice con la responsabilidad política que yo tengo, está la justicia para definirlo”.
Y aquí está la justicia, que lo citó a prestar declaración indagatoria por el presunto delito de abuso de autoridad para el 24 de setiembre próximo.
Allá por abril publiqué este largo post sobre la causa de la zona liberada en la que encontrarán los detalles básicos del tema.
Resumen de pocas palabras: marzo de 2006 (un año antes del caso Fuentealba; Sobisch gobernador; ya candidato a presidente) los maestros de ATEN hacen un piquete en la destilería de Plaza Huincul y los desalojan obreros de la UOCRA.
Se descubre casi de inmediato que entre los “obreros” había de todo menos afiliados a la UOCRA: punteros, funcionarios, el hijo de un alto jefe policial, etc.
La policía no interviene por orden de Sobisch, como él mismo reconoce en un discurso. Salvo tres oficiales a los cuales desobedecer les cuesta la carrera (uno falleció hace poco, Mario Zambrano).
Se inicia una causa porque se sospecha (y un discurso oficial parece confirmarlo) que la máxima autoridad de la provincia impartió una orden contraria a la ley.
Pasan los años, los jueces, los fiscales. La causa va de Cutral Co a Neuquén, se piden oficios aquí y allá, aparecen videos, en fin, de lejos parece que se mueve pero lo hace para los costados, no para arriba ni para adelante.
Lateraliza, no tiene profundidad, diría un comentarista de fútbol.
El expediente hoy agoniza, y por eso ponemos otra vez el reloj con la cuenta regresiva. El 10 de diciembre se cumplirán dos años desde que el principal imputado dejó el gobierno y ese día la matará la prescripción.
A menos que…
Como informa el diario del jueves, hay un pedido fiscal de indagatoria. Si el juez lo concreta antes de esa fecha, la causa no prescribirá.
La indagatoria (aunque no utilizó en su escrito esta palabra tótem) la pidió Sandra González Taboada que está subrogando en Delitos Complejos a Gloria Lucero, cuya licencia por enfermedad no le impidió presentarse en el Consejo de la Magistratura a rendir examen.
Quien tiene en sus manos el poder de interrumpir la prescripción (y más que eso) es Alfredo Elosu Larumbe, llegado a la provincia en 2006 en pleno fervor de nombramiento de cargos.
Ya conocería a Sobisch: de la época en que era secretario del juez federal porteño Jorge Ballestero, quien tuvo como imputado al ex gobernador neuquino y lo sobreseyó.
Es además uno de los jueces que se apartó de intervenir en la causa de la cámara oculta por amistad con el imputado Martín Segovia.
Enfrente está, transitoriamente SGT, y además Ricardo Mendaña, ex fiscal, querellante en representación de los policías.
¿Y el defensor? Su nombre se conocerá entre hoy y mañana. Difícilmente sorprenda.
La causa es relativamente sencilla pero eso no quiere decir que esté a salvo de sobresaltos (por algo tardó tantos años en llegar a tener un requerimiento fiscal).
Una causa hermana, gemela podría decirse, ya está lista para ir a juicio oral correccional: tiene como imputados a Carlos Zalazar y Moisés Soto, ex jefe y ex subjefe de la Policía en la época de la zona liberada (y también en la época de Fuentealba, recordar que en FII fueron imputados y provisoriamente sobreseídos).
Por razones de economía procesal (en esta época todo ahorro viene bien) lo razonable sería que la jueza correccional Gagliano reprima (en el buen sentido) sus ganas de hacer el juicio porque, quién sabe, quizá en el futuro tenga un imputado más.
También se lo podría solicitar el fiscal de Cámara que supervisa el caso, Rómulo Patti, a menos que haya algún impedimento legal y alguno de los dos deba hacerse a un costado.
La yapa: la actuación de Pablo Vignaroli en esta causa es una de las razones invocadas para pedirle un jurado de enjuiciamiento por mal desempeño (ver aquí).
La Cámara Provincial de Apelaciones dictó un fallo insualmente duro en la causa de la zona liberada.
Apartó al juez que venía interviniendo, aceptó como querellantes a tres policías, criticó el trabajo de la fiscalía y puso en conocimiento de todo esto al Tribunal Superior de Justicia.
La causa de la zona liberada es una de las emblemáticas que dejó la era sobischista.
Para contarla de manera rápida, el 30 de marzo de 2006 hubo un piquete docente en Plaza Huincul que fue desalojado por supuestos obreros de la UOCRA.
La policía recibió la orden de no intervenir. Esta es una de las notas que se publicó ese día.
El 18 de abril de 2006, el entonces gobernador Jorge Sobisch se hizo cargo de haber dado la orden de liberar la zona. Qué mejor momento para hacerlo que el acto por el día de la policía de ese año.
Dijo: "El jefe político de la policía soy yo, y la responsabilidad de no actuar de la fuerza tiene nombre, apellido y responsable: Jorge Sobisch",
"Si alguien cree que una orden no se condice con la responsabilidad política que tengo, que vaya a la justicia y me someteré todas las veces que sean necesarias".
Un año después, en abril de 2007, Sobisch repetiría casi las mismas palabras en circunstancias más trágicas: el asesinato de Carlos Fuentealba.
Y al año siguiente, al tener que declarar como testigo en el juicio por ese asesinato, lo negaría.
El día de la zona liberada hubo tres oficiales de policía que no acataron la orden. A los tres les cortaron la carrera.
Desde ese día intentan constituirse en querellantes de la causa abierta para investigar a sus jefes (incluido su máximo jefe, el gobernador) pero recién ahora lo logran con este fallo de la Cámara Provincial de Apelaciones.
Si lo leen encontrarán frases muy críticas hacia la investigación.
Además los jueces le enviaron una copia al Tribunal Superior de Justicia "a los fines que estime corresponder", un eufemismo que la más de las veces quiere decir: "fíjense que hay elementos para iniciar un sumario".