Alguna vez escuché que a los abogados les disgustan las novedades. Será por aquello de que los fundamentos de las sentencias siempre invocan hechos, leyes, otros fallos, del pasado.
Quizá los abogados, mayoría entre los lectores de este blog, detesten las películas de abogados, de tribunales, de crímenes, porque las encuentran llenas de defectos como les debe suceder a los médicos con las películas de médicos, a los ingenieros, a los arquitectos. A los periodistas.
Pero en este fin de semana largo, o el martes, o el miércoles, quizá valga la pena que vayan a ver El secreto de sus ojos, la última película de Campanella, con Soledad Villamil y Ricardo Darín (y, debo agregar a mi pesar, un sorprendente Francella).
Aquí lo que dijo Javeir Porta Fouz sobre la película en Hipercrítico, y más abajo el trailer.
Es que el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 24 habilitó por primera vez desde el 30 de diciembre de 2004 el registro fotográfico y fílmico del local República Cromañón, donde ocurrió el incendio cuyo juicio oral se está desarrollando y el 19 tendrá sentencia.
Confieso que cuando ví las imágenes me estremecí. Pensé en los padres de los chicos que murieron ahí y, puesto en lugar de ellos, no sé si me hubiera gustado ver esas huellas de manos apoyadas en la pared cubierta de hollín que lentamente van cayendo, esa agonía, ese dolor.
Para quienes no lo vieron, para quienes lo vieron una vez y no saben cómo recuperarlo, para quienes lo quieren volver a ver… Podría inventar muchas excusas más para presentar esta maravilla que descubrí hace poco.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptó un Pacto Mundial para el Empleo con el objetivo de orientar políticas nacionales e internacionales destinadas a estimular la recuperación económica, a generar empleos, y a proteger a los trabajadores y sus familias, en un escenario de crisis que genera aumento del desempleo, pobreza y desigualdad, y provoca el colapso de numerosas empresas.
Pueden leer sobre el tema y descargar el documento aquí o aquí.
202. Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años, el que propagare una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas.
203. Cuando alguno de los hechos previstos en los tres artículos anteriores fuere cometido por imprudencia o negligencia o por impericia en el propio arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, se impondrá multa de dos mil quinientos a treinta mil pesos, si no resultare enfermedad o muerte de alguna persona y prisión de seis meses a cinco años si resultare enfermedad o muerte.
205. Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las medias adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia.
¿Quién no recurrió alguna vez a Wikipedia para salir con urgencia de una duda?
Wikipedia tiene una bien ganada fama de confiabilidad, aunque en mi caso no la he usado más que para un momento de apuro, o como trampolín para buscar datos con más profundidad y en sitios específicos.
Nunca la utilicé como fuente para una nota ni recomiendo hacerlo. No sea que les suceda como a aquel juez que hace unos años fundó buena parte de los argumentos de un fallo en El Rincón del Vago, otro célebre sitio.
Todo esto viene a que mi aprecio por Wikipedia se vio sorprendido hoy con la noticia que recogen varios medios: por falta de colaboradores, la más famosa enciclopedia on line se estanca y su futuro es incierto.
Quizá el pronóstico no se cumpla, pero a ver: ¿no era que el futuro pintaba pura felicidad para los medios electrónicos, y para los medios en papel pura oscuridad?