08 » Jan 2008 Bond, ahora en estampillas



El Correo Real Británico emitió hoy una serie de sellos postales de James Bond para conmemorar el centenario del natalicio de su creador, Ian Fleming. Las seis estampillas retratan las carátulas originales de las cintas de Bond, incluyendo "Dr. No'', "Goldfinger'', "Diamantes para la eternidad'' y "De Rusia con amor'', y vienen en una variedad de denominaciones tanto para envío doméstico como internacional.
La actriz Samantha Bond, quien interpretó a la secretaria Miss Moneypenny en los cuarto filmes del agente 007 protagonizados por Pierce Brosnan, lanzó la colección posando para fotógrafos junto a un Aston Martin DB6, automóvil predilecto del popular espía. "El estar involucrada con la leyenda de Bond siempre es una aventura y estos nuevos sellos postales son un maravilloso modo de iniciar el centenario'', expresó la actriz.
Se han programado varios eventos para celebrar los 100 años de Fleming, un periodista y agente de inteligencia en tiempo de guerra que creó el personaje de James Bond para su libro de 1953 "Casino Royale''. El atractivo y mujeriego agente secreto apareció en 13 libros más antes de la muerte de Fleming, en 1968, así como en más de una veintena de películas desde "Dr. No'', de 1962. Una exhibición de James Bond se inaugurará en el Museo Imperial de Guerra de Londres en abril, y el novelista Sebastian Faulks escribió una nueva aventura oficial del agente secreto, "Devil May Care'', a publicarse el 28 de mayo, día del 100º natalicio de Fleming. Una nueva película de Bond protagonizada por Daniel Craig, aún sin título, llegaría a la gran pantalla a finales del 2008 (AP).

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07 » Jan 2008 Danilo Vasiloff, arte versátil

Desde la costa del Río Negro en Carmen de Patagones, el artista Danilo Vasiloff nos abre las puertas de su ateliery nos muestra sus obras. La charla fue publicada en la última edición de Estilo Hogar, la número 212 pero aquí agregamos parte del texto que por cuestión de espacio no pudo ser publicado y que es igualmente imperdible para el conocimiento de su vida y obra.



La Diáspora.

“Mi viejo se había exiliado. Yo era uno de los delegados en una de las escuelas de Berisso, en el tema de los boletos escolares. Bueno, mi vieja y mi viejo, que vieron cómo se había puesto todo, me recomendaron que me fuera. Y bueno, al poco tiempo, entre lo que yo me vine y un poco antes, se dio lo de la noche de los lápices. Así que mi hermano se tuvo que ir a Alberti, yo me vine para Patagones, mi otro hermano y mi madre se fueron a Córdoba. Y mi viejo, que estaba separado de mi mamá, se terminó yendo a Perú. Fue una diáspora jodida para mi familia. Todos estábamos escapando”, recuerda un Vaciloff profundo y emotivo.
Así como tantos otros, cuando no eran “desaparecidos” o asesinados, Danilo y su familia iniciaron un viaje que los llevó por distintos lugares, buscando sosiego y la oportunidad de sobrevivir.
En el largo recorrido por caminos y geografías distintas, el arte de este plástico pasaba por mayores y menores etapas de producción. “Después, luego de la diáspora, tuve un período en donde estuve inactivo. Después me fui para La Plata, aunque antes pasé por Bariloche. En ese tiempo me empecé a dedicar a la artesanía. Ése era mi trabajo, por aquél entonces. Yo fui uno de los que casi inauguró la Feria de artesanía de La Plata. Hicimos una asociación que se llamaba La Unión Platense de Artesanos. Habíamos conseguido unas cuantas cosas, recuerdo. Entre una de ellas, no permitíamos la reventa, con criterios muy concretos con respecto a lo que era la artesanía. Cuando eso se empezó a desvirtuar, por lo de siempre –revendedores, las mercaderías de cualquier lado- ya dejamos eso y me entré a dedicar a otras cosas. Entre que todo esto sucedía, me fui relacionando con materiales muy distintos, como el metal y la madera. Tuve de maestros de la feria misma que me iban enseñando mientras trabajaban. Era muy difícil relacionarse con gente que tuviera este tipo de oficios”, cuenta.
Su mirada de artista y hombre comprometido, no puede obviar la reflexión necesaria ante tanto dolor y tantos conflictos sociales, que lo encontraron siempre tratando de construir y crear nuevos caminos. “Era el año ´81 u ´82. Eran años muy difíciles, porque las facultades estaban controladas por los militares. Estaba ahí nomás la guerra de Malvinas. Había una apatía generalizada sobre lo que pasaba en el país de parte de la gente, que no alcanzaba o no quería visualizar el desastre que había pasado con los desaparecidos. Era como una especie de nadar en el vacío. Había una angustia contenida, no se notaba muy bien. Entre la euforia estúpida de Galtieri diciendo que teníamos que tomar las islas y el otro montón de gente que fue a la plaza de Mayo a apoyarlo, no se sabía bien qué pensar. Sobre todo cuando al otro día, a todos aquellos que fueron a celebrar, los molieron a palos en la misma plaza cuando fueron a reclamar alguna cosa. Se pasaba muy rápido de la euforia a la angustia”, dice Vaciloff.
El convulso obrar de un gobierno de facto, no sólo sembró la muerte en el seno de nuestra sociedad. En las palabras del pintor se mezclan el recuerdo rabioso ante la injusticia y la revisión crítica de un devenir histórico que nos abarca a todos. “Claro que eran años muy angustiantes. Pienso, por ejemplo, en el control ejercido dentro de las facultades, que era tal que directamente había una especie de negativa generalizada en el estudiantado a pensar. Era una cosa impresionante. Y esto después se notó en el tiempo. Hay que imaginar que hubo una generación que convivió con lo que fue Menem, de gente estupidizada. Digamos, la cuestión política, el acercamiento a la política, era solo elíptica, era pasar por el costado de los problemas. Nada de sustancia crítica. En gente como yo, y con compañeros que tuve, que la democracia convalide la barbaridades que hicieron los militares de esa manera, era un golpe durísimo. Sobre todo porque no sólo soñábamos una sociedad más justa, soñabas además con una ciudadanía que buscara lo justo. Y sin embargo, dentro de lo que era la perspectiva política, te encontrabas con un desastre donde la Ley de Obediencia Debida estaba primero, el endeudamiento con el FMI, la misma cuestión con el latifundio, que hoy también está. Y esto último es una crítica concreta y vigente. No sólo porque se extranjeriza la tierra sino porque se corre a los pueblos originarios de los lugares que les pertenecen. También la cuestión de la tala indiscriminada de bosques, y la “nada” de parte de los gobiernos. Esta inacción estúpida que tienen. Para después, cuando se les sobreviene la cuestión sanitaria o cuando viene la hecatombe, tratan de hacer una especie de reacción inmediata, que siempre es un fracaso”, señala.



Artistas del Puerto Unidos.

Como buen hijo de sus ideales y gran sobreviviente, Danilo Vaciloff sabe que en la unión radica la fuerza. Por esta razón, uno de sus últimos proyectos colectivos que ayudó a generar, implica la creación de un nuevo espacio para el arte sobre la costa del río Negro, emplazado en el casco histórico de Patagones.
Esta iniciativa fue llevada a cabo bajo el nombre de Asociación Artistas del Puerto, integrada por artistas que pertenecen a diferentes disciplinas y que residen en la comarca Viedma-Patagones, y de la que Vaciloff forma parte.
La casa en donde funciona ahora este nuevo espacio de arte, tiene su propia historia y su pasado ligado a las hondas raíces de la zona. Ubicada frente al río Negro, su arquitectura conserva los rasgos de principios del siglo XX.
El grupo está integrado por Federico Navarrete y su esposa, Carina Batistón, joyeros; Paula Echaren, Sonia Pezzano, Danilo Vasiloff y Gustavo Boedo, pintores y escultores; Javier Agama Barragán, grabador; Eugenia Alonso, fotógrafa y diseñadora gráfica; y Carlos Leporace, ceramista y escultor.
“Siempre se ha vendido muy poco. Justamente, lo de la asociación es una forma de tratar de incentivar el tema de la venta. De hecho, no vivo de la pintura. Ojalá pudiera vivir, pero no. Pero esto siempre me pasó de tener que trabajar en otras cosas para poder seguir pintando. Nunca fue al revés. Pero esto es complicado”, explica.
Detrás de este planteo, que constituye la realidad de tantos artistas y músicos que tienen que sobrevivir en el mercado, muchas veces a costa de la postergación de sus proyectos creativos, se encuentra otro más radical. “Hoy por ejemplo, yo puedo hablar desde una perspectiva, pero en la práctica, vos imaginás chicos jóvenes, puestos a pintar, ¿y el Estado qué cosas les da para que esto suceda? ¡No les da nada! No hay una estructura que ayude a los chicos, dentro de lo que es la escultura, la pintura, las artes en general, tengan un espacio donde puedan realmente ir relacionándose con lo que pasa realmente. Porque los que pasa “realmente”, es otra cosa. Es un juego de relaciones infames, una hipocresía estúpida de todos con todos. Entonces vos decís, bueno, “la juventud”... la juventud yo la prefiero rebelde, idealista y reclamando por el espacio que merece. Hasta acá solo hay estos pequeños paquetitos armados como para que cada quien tome el suyo y que no se elabore una cosa conjunta que nos ayude a que estas cuestiones salgan a la luz”, reclama un Vaciloff indignado.













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07 » Jan 2008 Aire marino

En la última edición de Estilo Hogar recorrimos esta vivienda de Las Grutas. Cómoda, imponente, exuberante. Aquí completamos la producción de esta vivienda ideada por la pasión de sus propietarios ayudada por el conocimiento del arquitecto Leandro Caniggia.





































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